Picasso y Federico García Lorca, dos artistas con una influencia mutua que nunca llegaron a conocerse

Lo sostienen algunos historiadores del arte y lo hace también Ángela Valdés, pintora de Vélez-Málaga que recoge el fruto de dos años deinvestigaciones en 'Metáfora Picassiana para Lorca', un trabajo que parte de la base de que la admiración mutua que se profesaron influyó en cierto modo en sus labores artísticas.

La autora compara dos obras monumentales de los personajes objeto de su estudio: 'Guernica' (1937) y 'Llanto por la muerte de Sánchez Mejías' (1935), que coincidieron por cierto en el pabellón español de la Exposición Universal de 1937. Lorca había considerado a Picasso «el mayor innovador contemporáneo» y, con su impresionante e icónico mural, el pintor le habría querido devolver el cumplido.

La autora del estudio entiende que la presencia de animales -toros y caballos- y de otros símbolos así lo puede atestiguar, como también la madre con el hijo muerto «que se sitúa bajo el toro con la cara hacia el cielo en ademán o grito de dolor, la lengua afilada como un estilete y los ojos llenos de lágrimas». Advierte que el niño carece de pupilas, lo que da a entender su muerte. Y de muerte escribió Lorca en el famoso poema que publicó dos años antes.

Además, destaca que ambos «confluyeron estética y poéticamente« en un »triste mundo poblado de payasos, arlequines «que identificó simbólica e intrínsicamente» a los dos artistas andaluces «como los auténticos protagonistas de sus obras plásticas y líricas».

Los conocedores de la historia artística de la España reciente saben que Dalí se distanció de la obra de García Lorca cuando el de Fuente Vaqueros publicó 'Romancero Gitano', también presente en la citada Exposición de 1937, porque lo vio como un retorno al clasicismo que no supo o no quiso valorar en un momento en el que él estaba con el surrealismo y otras corrientes artísticas.

Ángela Valdés sostiene que, en cambio, la admiración de Lorca hacia Picasso fue perenne. «De hecho, alabó su arte y de alguna forma trató de acercarse al surrealismo o al no realismo«, tanto a la hora de escribir como en sus dibujos, »que recuerdan a Picasso en sus trazados muy planos, sin volumen, simbólicos«.

«El estudio es una visión histórica conjunta en la que uno crea un escenario y el otro una narrativa», añade la artista, sobrina del conocido pintor veleño Antonio Valdés. Pero por encima de que esa influencia sea tan nítida como ella la quiere ver -porque al fin y al cabo la suya no deja de ser una interpretación- entiende que «esas dos figuras tan importantes y tan próximas, incluso geográficamente», deben estar unidas y, de paso, unir a las dos provincias colindantes.

El estudio ya ha sido presentado al Ayuntamiento de Vélez-Málaga y su alcalde, Jesús Lupiáñez, asegura estar dispuesto a «darle toda la promoción que se precise», para lo cual se pondrá en contacto con otras instituciones. Ángela Valdés cree que un magnífico final para su proyecto sería poder contemplarse en el Centro Federico García Lorca de Granada, en el Museo Picasso de Málaga «y también que el Instituto Cervantes, que tiene al frente a alguien que ha hecho tanto por Lorca como Luis García Montero, pudiera implicarse«.