Esto es todo lo que debes saber para el Día de la Cruz en Granada
Es uno de los días grandes del año y mezcla tradición y religión para conmemorar, cada 3 de mayo, el hallazgo de la cruz en la que fue cruficicado Jesucristo
Habrá 63 repartidas por la ciudad, sobre todo en el Albaicín y en el Realejo, y 34 tienen barras, todas ellas ubicadas en recintos privados y nunca en sitios públicos
Cruces de Mayo en Granada 2024: ¿Qué son y cuándo se celebran?
Guillermo Ortega
Granada
Este viernes 3 de mayo se conmemora en Granada el día de la Cruz, una fiesta donde se mezcla lo religioso con lo popular y que conmemora la fecha en la que la Iglesia sitúa el hallazgo de la cruz en la que ... Jesucristo fue crucificado.
En Granada tiene un sabor especial y, aunque el día es laborable, existe una especie de pacto tácito que, en la práctica, significa que se trabaja lo justo. O por lo menos se compagina ocio y negocio de manera que nadie se quede sin ver las cruces que hay repartidas por la ciudad.
Cuántas cruces y dónde están
Este año habrá un total de 63 cruces repartidas por toda la ciudad. Participan en un concurso organizado por el ayuntamiento y hay cuatro modalidades: calles y plazas, patios, escaparates y cruces elaboradas por escolares. Las cruces se reparten por toda la ciudad pero fundamentalmente se concentran en el distrito Centro -sobre todo en el barrio del Realejo- y en el Albaicín.
Se trabaja en su elaboración desde bastantes días antes y quedan expuestas al público no sólo el 3 de mayo sino también el 4, que es sábado y por lo tanto un día de tanto o más bullicio como el anterior.
Habrá 23 cruces en los patios, 17 en colegios, nueve en escaparates de establecimientos comerciales, siete en plazas y calles públicas y otras siete en recintos privados. Se podrán ver entre las doce del mediodía y las doce de la noche y no será difícil localizarlas: el bullicio y la música guiarán a los visitantes.
34 cruces tienen barra
Hasta el año 2005, prácticamente todas las cruces de Granada tenían barra, lo que permitía a quienes se acercaban a verlas tomarse algo allí mismo. Pero aquello provocó una serie de problemas, fundamentalmente relacionados con la suciedad y la creciente presencia de personas orinando en plena calle a cualquier hora. El centro, de hecho, llegó a convertirse en un macrobotellón que enlazaba el horario de las cruces con el del ocio nocturno, con lo que los efectos nocivos se multiplicaron.
Se prohibieron, en consecuencia, pero con el tiempo se han vuelto a autorizar. Eso sí, únicamente las que están ubicadas en recintos cerrados, que para el caso que nos ocupa son patios, colegios y locales de cofradías. De las 63 cruces mencionadas, casi la mitad, 34, tendrán barra. Las que están en las calles y plazas no tendrán barras, eso debe quedar claro.
En qué cosas hay que fijarse
No todo vale, hay una tradición que respetar y eso en Granada se lleva bastante a rajatabla. Las cruces se hacen de una determinada manera y todas o casi todas coinciden en llevar una serie de elementos.
La cruz suele estar hecha con flores y los adornos que la acompañan tienen un claro sabor local. Debe haber plantas típicas de los patios granadinos, como los geranios, y colgados detrás de la cruz habrá manteles bordados, piezas de cobre y platos y otros enseres de cerámica, si es posible de taracea, esa madera policromada que forma dibujos que recuerdan a la época nazarí.
Pocas cruces se verán sin un dibujo de una tijera y una manzana delante, a sus pies como quien dice. Es también parte de la tradición y tiene un significado. Partiendo de la base de que a la manzana, en Andalucía, también se le llama pero, lo que quiere decir es que quien le ponga alguna pega a la cruz que está viendo, y que tanto trabajo ha costado confeccionar, se debería cortar la lengua... con las tijeras que están ahí colgadas. O sea, que si se quiere censurar algo, mejor hacerlo en susurros.
Baile autóctono versus sevillanas
Es una fiesta folclórica, como ya se ha dicho. Acude gente a caballo y también mujeres vestidas de flamenca, que posiblemente están probándose ahí el vestido o los vestidos que sólo unas semanas después lucirán en la fiesta grande de la ciudad, el Corpus, que este año comienza el 25 de mayo.
Se bailan sobre todo las sevillanas, que se han impuesto por goleada a un baile autóctono que, no obstante, sobrevive y tiene sus adeptos. Es el de La Reja, el ritmo no tiene casi nada que ver y la letra de la canción comienza con una primera estrofa que se sabe todo el mundo: «Niña asómate a la reja que te tengo que decir, que te tengo que decir, un recaíto a la oreja«.
Es una especie de tanguillo, lejanamente parecido a los que cantan los coros en los Carnavales de Cádiz, que empezaron a entonar los gitanos del Sacromonte y cuya forma de bailar está emparentada con la zambra, danza local más típica aún, y también más antigua, que algunos defensores quieren que sea declarada Patrimonio Inmaterial por la Unesco.
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