¿Habrá teleférico para Sierra Nevada?

Teleférico Sierra Nevada S. A. es la entidad privada que en 2007 recurrió la decisión de la Junta de Andalucía de rechazar su proyecto de unir, «mediante el mayor trayecto del mundo» este tipo de transporte, la capital granadina y el macizo montañoso de Sierra Nevada, como alternativa al tráfico rodado por la actual carretera –masificada en inverno- defendiendo sus promotores que no causaría perjuicio alguno al medio ambiente. Ahora que el TSJA ha dado la razón a los empresarios para que vuelvan a someterse a la evaluación de la administración regional, éstos defiende que su idea «creará riqueza, empleo y será uno de los motores de la recuperación económica de la provincia de Granada». Por ello, reclaman a la Junta que atienda la «seriedad del proyecto» que viene avalado por «el cumplimiento de todos los requisitos técnicos, económicos y medioambientales».

Es más, la empresa se atreve a cuantificar lo que califica como «importantísima» repercusión del teleférico y afirma que se conseguirían un millar de puestos de trabajo y un impacto de más de 169 millones de euros «permitiendo a Granada salir de la cola de España en materia de desempleo y renta». Para conseguirlo la entidad privada pide olvidar la «confrontación política» y «sumar esfuerzos» para respaldar su iniciativa.

En el mismo sentido, se ha pronunciado favorablemente la Confederación Granadina de Empresarios que entiende que «las administraciones no pueden ser ajenas al potencial económico que representa Sierra Nevada para la provincia de Granada» y que arrastra «una tasa de paro del 36 por ciento», según ha declarado el presidente de esta institución empresarial, Gerardo Cuerva.

«Inquietante» sentencia

La Junta de Andalucía, sin embargo, está deliberando si recurrir la sentencia del TSJA al Tribunal Supremo y considera «inquietante» que «por un defecto de forma», según expresaba el delegado provincial de Fomento, se dé por «favorable» la Declaración de Impacto Ambiental del proyecto, sin entrar en la «cuestión de fondo». Manuel Morales ve «preocupante» la referida sentencia al considerar que se ha dado «por bueno» un estudio de impacto ambiental que en su momento rechazó la Administración autonómica. En todo caso, según dicta el TSJA, la Consejería de Medio Ambiente y de Ordenación del Territorio tiene que resolver ahora sobre la necesidad de la conveniencia de la instalación y la aprobación o denegación del teleférico.

Y, es más, el Alto Tribunal andaluz ya considera que este tipo de transporte no está «prohibido» en espacios de gran valor natural con lo que echa por tierra el argumento esgrimido por la Junta en 2007 para declarar no favorable la Declaración de Impacto Ambiental del proyecto del teleférico.

Alcalde entregado al proyecto

Esta frialdad con la que la Junta de Andalucía recibió la sentencia del TSJA contrasta con el entusiasmo del alcalde de Granada, José Torres Hurtado (PP), que ha reiterado en unos pocos días su apoyo al proyecto empresarial que siempre ha calificado de «viable» además de encarnar «un mayor atractivo turístico para la ciudad y la provincia». El primer edil ha alentado a la agrupación de empresarios que inició el proyecto a retomarlo por ser «muy positivo y rentable para todos», respetando el medio ambiente –asegura que se ahorrarían las «toneladas de dióxido de carbono» que provoca el actual tráfico rodado-.

No ha quedado ahí el aliento del primer edil a estos emprendedores de capital privado ya que ha vuelto a ofrecer los terrenos junto al estadio ‘Nuevo Los Cármenes’ que estaban contemplados como el inicio de recorrido del teleférico en su camino hacia el macizo montañoso.

Lo que está claro es que el proyecto no deja indiferente a nadie y puede tener largo recorrido político si las partes implicadas no se avienen a un acuerdo que podría traer más turistas e inversiones económicas aunque desconociendo el precio medioambiental a pagar por la instalación del teleférico, que tiene un remoto precedente. Cuando el Duque de San Pedro de Galatino ideó el tranvía hacia Sierra Nevada –añorado por muchos granadinos hoy día- nada le hacía pensar que años después la idea de los que comparten su osadía sería un motivo más de polémica en la ciudad que tanto amaba.