Luz y viento de octubre para el epílogo sosegado del centenario de la esencia de Córdoba

Todo es quietud ese rincón de Regina : nada que ver con el cierto apelotonamiento de vecinos y de turistas de hace una semana, cuando la apertura de las casas tradicionales ganadores del certamen de mayo de 2021 abrieron por primera vez de forma extraordinaria para celebrar el siglo de vida de la manifestación popular reconocida por la Unesco como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad . Entonces fue el Festival Internacional de las Flores (Flora) el que ejerció de imán para los patios: hoy la ciudad sigue igual de espléndida y con un tiempo otoñal que llama a salir a la calle, que está llena, pero hay mucha más tranquilidad en los patios .

En el de Las Tazas, que ha ganado el segundo premio en la modalidad de arquitectura moderna este año, suena una música suave y acogedora y el viento de finales de octubre mece las ramas y las hojas de los árboles y de las macetas. A los ojos acostumbrados a deleitarse en un patio en mayo les sorprende mucho el juego se sombras de la mañana con la primavera y el verano ya olvidados.

En la calle Isabel II , el aire se cuela insolente por el zaguán y apaga algunas de los velones protegidos por recipientes de barro. «Por favor, póngase la mascarilla», recuerda el joven destacado en la puerta de la vivienda por el Ayuntamiento de Córdoba.

En San Basilio se huele la víspera de la fiesta de San Rafael: desde el mediodía las tabernas están bien llenas. En la calle de Enmedio hay dos gallegos, recién casados, que preguntan por Flora. «No, ya acabó: pero lo que tienen aquí en este barrio no se le queda atrás, lo van a disfrutar igual o más», escuchan.