El suelo liberado por la cárcel de Fátima, sin uso dos años después de su derribo

En el primer punto, cuentan con el beneplácito vecinal, que se queja de la tardanza en la «reinserción» de la cárcel en el barrio, en el que el precio de la vivienda no ha sido ajeno a la subida experimentada en toda la ciudad. Por ello, sus deseos son que el cien por cien de los pisos que se construyan sean de protección oficial. Algo que contrasta con las aspiraciones del Gobierno central, que quiere subastar el 70 por ciento del suelo residencial y hacer VPO sólo en el 30 por ciento restante.

Según explicó ayer el vocal de Urbanismo de la asociación Amanecer de Fátima, Manuel Humanes, lo último que les han dicho es que «los terrenos son aún de Instituciones Penitenciarias, que no los ha traspasado al Ayuntamiento».

En cualquier caso, lo cierto es que en la antigua cárcel sólo crece la maleza y se acumulan las pintadas en el edificio de gobierno, que daba entrada al recinto y que en el futuro podría acoger un centro cívico.

Es una de las demandas de la asociación, que en 2006 presentó alegaciones al plan especial que tramita Urbanismo para esa zona. Los vecinos pedían el cambio de la distribución de los equipamientos y viviendas, de manera que los espacios libres, ajardinados, estuvieran en torno a los equipamientos, asegurando la accesibilidad por todo el barrio. Por otra parte, demandaban que los bloques de pisos se construyeran de manera transversal, «evitando crear moles a las calles laterales» para liberarlas de carga edificatoria. Todo ello, «aprovechando el espacio» y concentrando los espacios libres en una misma zona. Por último, los vecinos pedían un aumento de las 131 plazas de aparcamiento público previstas. Aunque a día de hoy, no hay fecha para comenzar las obras.