Seis meses de pandemia: 4.565 infectados y 128 muertos en dos oleadas bien distintas en Córdoba

Seis meses de pandemia en Córdoba con un balance de claros y oscuros. Porque la provincia no ha sido una de las más castigadas por la virulencia de la enfermedad Covid-19 pero ha dejado un reguero de registros oficiales preocupantes que, precisamente, en la última jornada contabilizada por la Consejería de Salud y Familias ha dejado el récord de contagios en un solo día: 151 positivos comunicados este domingo 13 (correspondientes al sábado 12).

Seis meses de pandemia oficial con dos oleadas de expansión del virus (la primera mucho más letal), un estado de alarma, un proceso de desescalada (y cuatro fases ) en la que se fue recuperanda la movilidad, un sinfín de ERTE y trabajadores inactivos en casa, la nueva normalidad instaurada desde el pasado 21 de junio, un verano repleto de nuevos contagios por la recuperación de las relaciones sociales, indisciplina con las medidas higiénico-sanitarias, y un mayor número de test y diagnósticos precoces, para llegar al retorno a las aulas seis meses después con un alto índice de preocupación y nerviosismo.

Los datos oficiales que a día de hoy arroja Córdoba son los siguientes tras seis meses de pandemia : 4.565 personas han sido contagiadas (4.158 detectadas por PCR), se han acumulado 733 hospitalizaciones por Covid-19, 93 de ellas en la UCI (no se alcanzó nunca una situación límite en los centros de la provincia) y, lo peor de todo, 128 fallecidos . Frente a estas cifras, casi dos mil curados (1.983), aunque la lectura puede ser negativa: ni la mitad de todos los infectados se ha dado, a día de hoy, por sanado.

La tasa de letalidad alcanzada hasta ahora (fallecidos sobre total de contagiados) es del 2,8 por ciento, mientras que la tasa de hospitalización (ingresados sobre infectados), se eleva al 16,2 por ciento. La tasa bruta de contagios (positivos sobre el total de la población cordobesa) es del 0,5 por ciento.

La cronología de estos seis meses de pandemia oficial deja el primer hito en Córdoba el 10 de marzo, fecha en la que se registra el primer contagio oficial : un joven estudiante italiano de visita en Córdoba para ver a su novia, estudiante de intercambio en la ciudad alojada en el barrio del Parque Cruz Conde . El día que el BOE publica el decreto del estado de alarma hay ya en la provincia un total de 41 contagiados.

Hay que esperar seis días después para los primeros fallecimientos. Tres se registraron el día 20 de marzo . Fue un hombre natural de Belmez y con 87 años de edad la primera víctima mortal de una larga lista de 125 hasta hoy -que podría ascender en las próximas horas de forma oficial a 126 con la muerte de un vendedor de la ONCE natural de Lucena en el hospital Infanta Margarita de Cabra-.

A partir de estos primeros días de locura, la propagación se multiplica mientras toda la población está confinada en sus casas menos aquellas actividades profesionales consideradas esenciales: sanitarios, agentes de policía, repartidores, trabajadores de supermercados, periodistas... Comienzan los homenajes cada día a las ocho de la tarde en los balcones a los sanitarios a quienes se aplaude por su denodado trabajo en pos de combatir un virus que está haciendo estragos. Sin duda son los peores meses y las peores semanas las que van desde el 20 de marzo a finales de abril . Los partes diarios son descorazonadores: el 29 de marzo se produce el tope de contagios en un día con 93. Los positivos en los centros de mayores se multiplican . Rute, Iznájar, Torrecampo, Belalcázar, Montilla, Córdoba ,... localidades que empiezan a notar el peligro real del virus en estas residencias.

Y llega un nuevo hito, el comienzo de la llamada desescalada con cuatro fases por las que el Gobierno pretende ir recuperando la movilidad en todos los territorios según los datos que vaya cotejando del avance del coronavirus. La curva de la primera oleada empieza a sumar descensos en sus registros, la economía está prácticamente parada y los ERTE son el colchón que evitar una hecatombe. Más de 50.000 trabajadores asalariados y autónomos se ven afectados en Córdoba por estos expedientes y las ayudas que el Gobierno activa para la cesantía de actividad por parte de los trabajadores por cuenta propia.

Córdoba llega al 4 de mayo, arranque de la fase cero de desescalada, con 1.495 contagiados y 102 muertos que han conmocionado a todos los cordobeses. La desescalada tiene fecha de caducidad: el 21 de junio. La misma en la que el Gobierno de Pedro Sánchez decide levantar un estado de alarma muy criticado en todos los órdenes: jurídico, político, económico y ciudadano. A fecha 21 de junio, la nómina de infectados se eleva enb Córdoba a los 1.753 y los fallecidos, a 115 . Esas cuatro fases de desescalada se han producido 13 muertes y cerca de 260 nuevos contagios, pero la cadencia es muy baja, incluso llegan las jornadas sin positivos y con curados; sin hospitalizaciones ni UCI y reina un ambiente más optimista que ha de enfrentarse a la gran prueba de fuego del verano.

Según los datos del Instituto Carlos III, la primera oleada del coronavirus podría fecharse en Córdoba entre el 14 de marzo y el 10 de mayo , donde los registros de contagios empiezan a disminuir de manera importante cada día. La segunda curva está al llegar con unos registros que superan a los de los primeros meses, pero con una letalidad mucho menor de la vivida. Las residencias de mayores se han convertido en el punto crítico, con cerca de 70 fallecidos de los 115 totales que hay en estos momentos. El otro grupo de riesgo es el de los sanitarios, para los que llegan a habilitarse hoteles y alojamientos para pasar la cuarentena y no tener contactos en casa.

Pero el verano rompe el valle de incidencia alcanzado en el final del estado de alarma. Y en Córdoba, el famoso brote de la discoteca La Posada de Babylonia , tras una cena de un grupo de estudiantes del colegio Almedina de la capital que luego se dirigen al céntrico local y se mezclan con otros asistentes al establecimiento (hasta 400 en una misma noche) desata todas las alarmas. La fiesta se produce el 10 de julio y los primeros contagios dan la cara el 15 de julio. Es el inicio de la segunda curva . Hay una masiva respuesta de posibles contagiados que acuden a hacerse las pruebas PCR con absoluta diligencia ante la llamada de las autoridades para intentar atajar una multiplicación exponencial del virus en Córdoba. El brote, uno de los más elevados de cuantos se han producido hasta ahora en Andalucía, superó los 150 contagiados .

Y llega agosto para romper todas las estadísticas. El ocio nocturno, las reuniones familiares sin control, eventos públicos, la indisciplina en las medidas de prevención y una vigilancia algo laxa por parte de los agentes policiales conforman la tormenta perfecta frente a unas autoridades que intentan atajar el problema con medidas restrictivas. Los brotes de Montalbán y Belalcázar, con eco en localidades próximas, y unos días después en Lucena (hasta 241 contagios en todo el mes de agosto), disparan todas las alarmas.

Los datos hablan por sí solos. Desde el 1 de agosto hasta el 13 de septiembre se han contabilizado 1.582 por PCR , más que todos los positivos que se dieron en la primera oleada en Córdoba y casi el 40 por ciento del total de infectados detectados por una prueba de este calibre. Eso sí, la letalidad no puede compararse con la del arranque de la enfermedad. En estos 42 días, 8 fallecimientos, ya que el 1 de agosto había 117 y el último registro llega a 125. La nueva normalidad (desde el 21 de junio en adelante) ha dejado casi 2.700 contagiados, 10 muertos y 158 hospitalizaciones en Córdoba (15 en UCI) . Las residencias de mayores, que habían visto alejarse el fantasma del Covid-19 allá por junio, vuelven a notar muy cerca su presencia y a restringir sus movimientos. Los brotes internos vuelven. El peor, en estas semanas, el de Santa Eufemia, con más de 30 personas afectadas en una población de 755 habitantes.

Con este contexto se produce la vuelta a las guarderías, al colegio de miles de escolares y el retorno a las aulas de miles de universitarios . Protocolos al milímetro en todos los centros, refuerzos de profesores y maestros, la semipresencialidad como alternativa a los posibles contagios dentro de las clases, que ya empiezan a surgir pero con muy pocos casos, de momento. La inquietud de los padres es mayúscula pero el regreso se hace de forma ordenada y con la normalidad venciendo al miedo en los primeros días