El Nenaco

-Entonces vienes por eso. A reñirnos. Para eso ya está mi padre. Y mi madre. Y que yo sepa tú no me tocas nada.

-Sí que te toco, y perdona que te lo diga. ¿Es que no veis los telediarios ni leéis las noticias? Lo que estáis haciendo es una temeridad .

-¿Una qué?

-Una temeridad. Una locura. Os estáis poniendo en riesgo no sólo a vosotros, también a vuestras familias. Y al vecindario.

-Vale. Vas del palo de los contagios y todo eso. Nosotros eso nos lo pasamos por el arco del triunfo . Flipadlo, colegas, éste no sabe lo que nosotros hacemos con el bicho ése.

-Lo que debería preocuparos es lo que el bicho ése, como tú le llamas, os puede hacer a vosotros. Llevaros a la UCI de un hospital . O acabar con vuestra abuela. O dejar en el paro a tu padre.

-Mira, tío listo, para dejar sin curro a mi viejo no hace falta el Covid, te lo digo yo. Se tira meses sin uno. Y desde antes de todo este rollo, ¿me entiendes?

-Sí, claro que te entiendo. Y lo siento. Pero lo tendrá más difícil si no ponemos todos un poco de nuestra parte. ¿Tanto trabajo os cuesta poneros la mascarilla?

-¿Y entonces cómo fumamos ?

-Pues no fumes.

-Sí, claro. No te jode. ¿Me vas a dejar que haga algo o me vas a machacar con todo? Mira que me estás poniendo tenso.

-Tranquilo, hombre. Es por el bien de todos.

-Vas en plan salvador de la peña , ¿no? Haciendo cositas y buenas obras del día para que te den el puto Nobel.

-No. Solo quiero advertiros de que lo que hacéis es peligroso. Mucho. Temerario.

-Otra vez. La próxima vez te traes un diccionario y me lo das antes de darme el sermón. Si no te importa. ¿He cometido algún delito más o me vas a dejar a en paz para seguir patrullando a tu bola por la calle?

-Solo una cosa.

-Venga. Dale con lo último. Y luego te piras.

-¿Sabéis cuánto queda para que empiecen las clases ?

-Sacas el tema para animar la conversación, ¿no?

-No, hombre. Lo hago para deciros que como no nos concienciemos un poco todos los niños y los chavales como vosotros lo vais a tener muy complicado para volver a clase.

-A mí, te lo digo tío con el corazón en la mano, me resbala bastante que abra el instituto.

-Ya. Pero en España hay diez millones de personas en edad escolar. Piensa en ellos.

-¿Y por qué no piensas tú en ellos y a mí me dejas tranquilo? ¿También te vas a meter en lo que pienso? Me estás poniendo tenso, ya te lo he dicho.

-Lamento intranquilizarte, de verdad. Creo que es mi obligación, la de cualquiera de nosotros, poner lo que esté en nuestra mano para sacar esto adelante . Yo a veces también me descuido, como os habrá pasado a vosotros estos días. Pero trato de corregirlo. ¿Estás más tranquilo o sigues tenso?

-Así que no eres perfecto, ¿no pureta?

-No, qué va.

-Entonces, si a ti también te ha pasado que se te va la olla alguna vez me vas cayendo mejor.

-Paso por aquí todas las noches. Mañana si te veo te saludo, ¿vale?

-Pero de lejos, tío, guardando la distancia , que si no te riño.