Patios de Córdoba 2022 | Judería y San Francisco: el lujo de sentarse a la sombra

Lo sabe Carola Reintjes , que llegó de Alemania para establecerse en la calle Julio Romero de Torres, en lo más recóndito de la Judería , y que en una casa medieval hizo su patio con un toldo natural y protector: una gigantesca higuera que brotó y que ella quiso que le diera personalidad a su patio.

En los días de calor, las anchas ramas y las hojas son el más natural de los toldos, cuenta mientras habla de sus arcos antiguos en ladrillo visto y de cómo se enamoró de la forma de vida que se hace en torno al patio.

La ruta Judería-San Francisco, la más larga en el espacio, es rica en sombras y en lugares en los que el sol sugiere, pero no dice. Ayuda a las plantas, pero no las atosiga, como pasa en Céspedes , también llena de elementos antiguos en la arquitectura y en las sillas y máquinas de coser .

De la calle Julio Romero de Torres sale Joana Justicia , catalana de origen linarense, que cuenta cómo está disfrutando la experiencia de los Patios de Córdoba y habla de los que más le han gustado sin detenerse en su camino de intentar verlos todos.

Como sucede en el verdor del que está en la calle Judíos , de arquitectura blanca y donde las gitanillas están en conjunción con lo que llaman cuernos de arce, que dan el toque de contraste exótico en una fiesta que recibe bien a todas las especies.

De sombra y frescor saben las casas antiguas, como la que tiene la parroquia del Sagrario en la calle Samuel de los Santos Gener , que data del siglo XVIII y que se abre para ayudar a la Cáritas parroquial.

Su construcción tiene el atractivo de lo original y auténtica, y este año lleva el atractivo añadido de varios bonsáis de gran tamaño y valor. El tronco de un olmo impresiona, pero más el bosque de acebuches tallados con paciencia por la mano del que no puede llamarse más que artista.

La calle Maese Luis , que une la plaza de las Cañas con la calle San Fernando, concentra en este 2022 cuatro patios. El número 3 es de arquitectura moderna con el mejor espíritu y entre el sol y la sombra de quien sabe que la galería porticada es el mejor sitio para sentarse. Allí se conjugan el verde y los colores.

El 4, que se ha sumado en este año, tiene en el pequeño tamaño el mismo espíritu de ser cobijo y a la vez un lugar en el que disfrutar de los colores y del crecimiento de todas las especies.

Veterano es el número 9, que ofrece un recorrido de izquierda a derecha entre el canto de los pájaros en las jaulas y con los detalles de las plantas verdes y de las gitanillas, ya veteranas, que caen como en cascada desde las ventanas. Un toldo le da carácter umbrío y casi listo para habitar.

Acaba la ruta en el número 22, taller artesanal y abarrotado de sabor en su pequeño tamaño. Es también de sombra, como casi todos, y allí está el limonero en espaldera que amaga con tocar el cielo, los helechos dispuestos como columnas y las celindas. La sombra y la belleza de los colores invitan a disfrutar allí la vida.