La Orquesta de Córdoba en el conservatorio: el magisterio de enseñar a escuchar

Juan Manuel Morat es trombonista de la Orquesta de Córdoba y ha dirigido distintas bandas. Está en el auditorio del conservatorio profesional Músico Ziryab para un programa con el que los músicos de la Orquesta están llegando para ayudar a los jóvenes intérpretes y ofrecer sus consejos y su experiencia.

La obra musical suena completa por primera vez y después el músico se va centrando en las distintas cuerdas y familias y empieza por el viento-madera (oboes, clarientes, fagotes, saxos y flautas) para hablar de lo que tiene que tocar cada uno.

El ensayo dura una hora y media. ¿Hay tiempo para que los jóvenes, todos adolescentes, aprendan y mejoren su trabajo? La respuesta que da después este músico, con amplia experiencia tanto en la orquesta como en la dirección, es que sí: «Se pueden hacer cosas interesantes , para que aprendan a tocar en conjunto y a portarse como tienen que portarse los músicos profesionales que ellos quieren ser en el futuro».

La obertura mozartiana suena varias veces y en cada momento hay indicaciones distintas , como cuando se dirige a los trombones para pedir fuerza en la entrada. «¡ Somos trombones , y cuando se nos pide, entramos a full!», dice en alusión a la sonoridad de este instrumento de metal.

Uno de los conceptos fundamentales para él es que los intérpretes tienen que escuchar a los demás . Así, les cuenta, lo hace él también cuando está junto a sus compañeros. «Es una asignatura pendiente. Es primordial, y más aún, con las mamparas, con la separación que tenemos con el Covid», dice.

Ahí interviene el director de la Orquesta de Córdoba, Carlos Domínguez-Nieto , que protagoniza la segunda parte de la clase magistral, que explica que «cuando uno es joven y tiene una partitura que toca por primera vez, está tan preocupado por sus notas y hacerlo bien que no tiene tiempo material de escuchar». Para eso, afirma, están la banda y la orquesta, que sirven para «aprender a escuchar».

El titular de la Orquesta de Córdoba trabaja también por cuerdas y hace indicaciones precisas, y no sólo de música. Les dice cómo tienen que sentarse y hasta la posición que debe tener el atril , y por eso le insiste a una de las alumnas para que lo baje. Para él es la postura perfecta. «¿Venís al ensayo sin lápiz ?», pregunta sorprendido.

Les enseña que tienen que anotar las indicaciones que les da el director y que no vienen en los pentagramas, y también se dedica a distinguir las voces principales en cada pasaje. Se vuelve a la necesidad de escuchar y se detiene bastante en la percusión.

Los alumnos, al principio cohibidos y después con total naturalidad, creen que los noventa minutos han tenido mucho que aprovechar. Es lo que piensa la oboísta Clara Pérez , que recuerda que «es una experiencia que no se puede vivir todos los días». Es alumna de cuatro curso del grado Profesional y cree que la clase le ha servido a no centrarse tanto en el oboe y sí escuchar a los instrumentos de otros compañeros.

Santiago Doctor , que toca la trompeta, ensalza que se hayan detenido en detalles: «Han sacado cosas de nosotros que no habíamos notado ». Los jóvenes músicos se han entusiasmado y lo han recibido con ganas, dice.

El director de la Orquesta de Córdoba cree que una iniciativa así «abre miras a la hora de trabajar una obra musical uno no sabe cómo empezar. Lo más importante es escuchar a otra persona y cómo otra persona escucha y siente la música ».