María Luisa Cobos: «La AECC ha supuesto un antes y un después en mi vida; la llevo en mi corazón»

Cobos entró en la AECC como voluntaria en 1995. «María Cañas (todo un referente para los enfermos oncológicos y de sus familiares, que formaba parte de la asociación), me animó a participar. Sabía que estaba operada tras un cáncer de mama y me pidió que me sumase. A partir de ahí, ocupé el cargo de vocal, vicepresidenta y, finalmente, presidenta», explica.

La asociación y sus miembros han dejado una profunda huella en María Luisa, que asegura que «dejarla ha sido muy duro para mí porque la AECC me descubrió todo lo que podía hacer, me abrió al mundo . Hay un antes y un después en mi vida desde que me uní a la causa del colectivo», señala. «Todavía recuerdo cuando me pidieron que presidiera la asociación. Me hizo una ilusión enorme, pero también tuve miedo. Sin embargo, gracias al apoyo de familia y amigos, pude afrontar esa enorme responsabilidad que ha hecho de mí otra persona».

Aunque ya ha aparcado su participación activa, «la asociación siempre va a estar en mi corazón. No voy a poder olvidar nunca todo lo que hemos luchado, a las personas que se han quedado en el camino, como mi hermana, que falleció con 46 años; y los logros que hemos alcanzado», asegura, emocionada. No en vano, la AECC ha ayudado a casi 20.000 personas en Córdoba a lo largo de estos 25 años. Enfermos y familiares que han recibido apoyo psicológico y material para superar la enfermedad.

La evolución en la conciencia social sobre esta enfermedad «ha sido tremenda. Hemos conseguido que las personas con cáncer pierdan el miedo a pronunciar esta palabra. Sigue imponiendo mucho, pero hoy en día, gracias a los avances muchos tumores se han convertido en una enfermedad crónica».

En este sentido, Cobos afirma que se ha avanzado mucho en «investigación y prevención . Se han desarrollado muchos tratamientos específicos para cada tipo de cáncer y la sociedad tiene claro que en esa lucha contra el cáncer, cogerlo a tiempo es igual a vida».

No obstante, asegura que lo más complicado a la hora de afrontar esta enfermedad es «aceptarla» , si bien dar este paso es «clave para poder superarla. Aceptación y lucha. Y amor , mucho amor; no solo de los que te rodean, sino también tener amor propio, fe, en Dios y en los médicos que te tratan».