Estética, diversión y casetas frescas para escapar del calor

La de los árboles es escasa y corta, aunque quienes todavía no sabían en qué caseta entrar sabían buscar en la calle Guadalquivir algunas. Por allí encontraron muchos coches de caballos , con animales que parecían conscientes de la belleza que levantaba admiración, y atuendos no menos impecables de quienes iban en ellos.

Se estrenaban, porque era un día para ello, muchos trajes de flamenca , quizá con las normas que dicte la moda para este año, y lucieron durante un rato, aunque el día estaba bastante por encima de los 30 grados y había que buscar pronto la sombra y el cobijo de las casetas.

Y eso fue exactamente lo que hizo la mayoría. Los que tenían alguna buena reserva podían ir cuando quisieran; los que no, llegaron temprano y ocuparon muchos de los sitios en que se podía comer, y todos ellos pasearon por las calles centrales. Había ganas de diversión y muchas posibilidades para hacerlo, y en muchas se veía, después de comer, el dibujo en el aire de quienes bailaban sevillanas .

La tarde se hizo así larga y dulce, con calor, pero bien combatido con los vinos de la tierra y con la charla, la amistad y el baile, y conforme se marchaba el sol también decía adiós el primer fin de semana de la fiesta. Ahora llegará un tregua, pero será corta.