Un bombero cordobés pasa sus «vacaciones» salvando refugiados en Lesbos

Desde su llegada, afirma, está en alerta. Nada más llegar se ponen al día con los compañeros del grupo que relevan sobre los protocolos de actuación y « ya no duermes, ya a trabajar directamente », cuenta Joaquín desde Lesbos. Es el único cordobés del grupo. Son seis, malagueños, sevillanos y un madrileño, todos ellos bomberos.

Su grupo es el séptimo que acude con PROEM-AID. Su trabajo consiste en « remolcar las embarcaciones que vemos en alta mar hasta la playa cuando las fragatas de los guardacostas griegos no pueden». Junto con las demás oenegés presentes en la isla, unas 82, y los equipos de salvamento internacionales han hecho «una especie de cuadrante y tenemos cubierta la isla las 24 horas », explica. Hacen turnos para poder descansar algo. «Aquí se duerme cuatro o cinco horas el que más», asegura.

Por la tarde, «voy a ayudar a los niños, a jugar con ellos, darles ropa» y por la noche le echa una mano a sus compañeros como rescatador. Aunque asegura que ha perdido la noción del tiempo .

Califica lo que está viviendo como «impresionante»: « He visto muchos muertos y he salvado vidas en mi trabajo como bombero pero esto no tiene nada que ver». «Vienen con miradas llenas de miedo y ven nuestro chaleco naranja y gritan de alegría ». Asegura que merece la pena estar allí «cuando los chiquillos se te abrazan con una sonrisa después de estar seis horas en el mar y llegar muertos de frío y empapados».