Primera plana
Somos soldados
El jefe del Estado Mayor de la Defensa ha descrito a la perfección la guerra que estamos librando contra el coronavirus
El jefe de Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), el general Miguel Ángel Villarroya, durante la rueda de prensa del día 23 de marzo
El jefe del Estado Mayor de la Defensa, Miguel Ángel Villarroya , ha definido en dos formidables frases el reto al que nos enfrentamos: «En esta guerra irregular y rara en la que nos ha tocado luchar, todos somos soldados» y «Hoy es lunes [ ... cuando era sábado], porque no hay fines de semana en la guerra ». Sé que a la gente que vive en un mundo pastoril, que cree -o quizás creía después de ver la encomiable labor que están haciendo nuestros militares en esta crisis- que el Ejército es una institución innecesaria, este lenguaje bélico le produce urticaria. Sin embargo, pienso que no hay mejores descripciones para la batalla que estamos librando.
Porque todas las mañanas hay una legión de personas que van a sus trabajos y colaboran en impedir que el coronavirus gane posiciones. Son los que trabajan en pequeñas tiendas de alimentación y supermercados , la plantilla de Sadeco (empresa municipal de limpieza) que está desinfectando la ciudad, los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado , los empleados de las residencias de mayores… En la primera línea del frente están los sanitarios que combaten incansablemente con la epidemia cuerpo a cuerpo. Y como en cualquier contienda, desgraciadamente, los buenos no siempre ganan y hay fallecidos, a cuyas familias debemos transmitir todo nuestro apoyo.
No falta tampoco la retaguardia, que será especialmente decisiva esta vez. Son todos los que llevan más de diez días confinados en sus pisos usando contra esta pandemia un arma muy efectiva: quedarse en casa, que es lo que hiere a este enemigo invisible, al no poder transmitirse. Dentro de ellos, hay que dar medalla de honor para los que están realizando en sus hogares mascarillas , los que están entregando gratis material de prevención para médicos y enfermeros, quienes ayudan a personas mayores que se encuentran solas o quienes salen todos los días a los balcones para descargar un arsenal de aplausos para dar r efuerzos a la moral de los sanitarios.
Pese al tamaño del enemigo, derrotaremos al coronavirus . Tendremos un día para besar por fin tranquilos a los nuestros, salir a la calle a abrazarnos y celebrar esa vida cotidiana, que valoraremos más después de que hayamos visto que hay amenazas que pueden acabar con ella. Y escribo un día no por ser aguafiestas, sino porque, nada más festejar nuestro triunfo, tendremos que encarar una posguerra en la que habrá que reconstruir nuestra economía, que ya de por sí siempre guerrea contra su tradicional debilidad. Y esa contienda será también complicada. Les pongo sólo un ejemplo: cuando los comercios abran, se encontrarán un consumo debilitado ya que muchos cordobeses estarán presos, como mínimo, de los ERTE. Por todo lo que les he expuesto, creo que jefe del Estado Mayor de la Defensa ha acertado de pleno: esto es una guerra. Y a riesgo de ser pesado, insisto: el coronavirus saldrá derrotado de ella.
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