José Ignacio Aguilera, reelegido hermano mayor de Ánimas de Córdoba

El proyecto de José Ignacio Aguilera «continúa por afianzar y engrandecer los pilares fundamentales de la hermandad», según explica. El enriquecimiento patrimonial continuará desarrollándose con un carácter muy marcado, con la finalización del bordado de los faldones del paso del Cristo, que «será una realidad próximamente».

Este ambicioso trabajo, que ha llevado más de una década, ha supuesto un gran esfuerzo para la cofradía y se ha compaginado con la adquisición de la casa de hermandad en la calle Jesús del Calvario.

La compra de ese inmueble se inició hace 30 años y la hipoteca finalizará el próximo año, según detalla José Ignacio Aguilera.

El reto de «conservar el patrimonio material e inmaterial de la hermandad, y también el de enriquecerlo» guiará su labor. En el año 2025 se cumple el 50 aniversario de la llegada de imagen de la Virgen de las Tristezas a la hermandad, «acto que prepararemos con toda la dedicación y el esmero que requiere», anuncia.

Otro reto que fija es la actualización de la administración para que los hermanos puedan realizar todas las gestiones de forma digital y la adquisición de las túnicas en propiedad por parte de los hermanos, y cuya campaña «finalizó con éxito la pasada Cuaresma».

La caridad será otro pilar fundamental: colaborando con Cáritas parroquial, seguir atendiendo a familias en todo lo que necesitan y hará su campaña navideña de recogida de juguetes.

La apuesta por la juventud, con la reactivación del grupo joven y la celebración del Día del niño serán las acciones más inmediatas. No dejará de lado tampoco el culto, la atención espiritual a los hermanos y la formación.

Durante todo el año se desarrolla un plan de formación que implica reuniones para profundizar y meditar la Palabra de Dios, y ahondar en su compromiso cristiano como evangelizadores. Está conectado con la catequesis plástica de los altares efímeros que preparan.