Cultos
El besamanos de la Virgen del Carmen de San Cayetano de Córdoba deja caer el último velo de la pandemia
La imagen recibe este gesto de veneración tras más de dos años de la última vez
La Virgen del Carmen de San Cayetano tendrá el primer besamanos de Córdoba tras la pandemia
Todo lo que hay que saber de las procesiones de la Virgen del Carmen en Córdoba
Una hermana del Carmen besa la mano derecha de la Virgen
El primer velo que nació fue el último en caer. Cuando coronavirus era una palabra compuesta y extraña que hablaba de una enfermedad remota que podía propagarse sin límite por el aire, la hermandad del Rescatado decidió ser prudente y dispuso que ... el primer viernes de marzo de 2020 al Señor no se le pudieran besar los pies, como era la tradición de aquel día.
El miedo al contagio puso una barrera física, tan pequeña como simbólica, entre la carnalidad de una imagen y sus devotos. Lo mantuvieron aquel mismo día 6 las hermandades del Prendimiento y del Remedio de Ánimas, pero no pasaron muchas horas hasta que los velos entre las imágenes sagradas y sus devotos se multiplicaran.
Se suprimieron las procesiones, las iglesias apenas estaban abiertas y pocos se atrevían a cruzar la puerta de sus casas, las misas se seguían por la televisión y muchas imágenes de Cristo pasaron meses en los altares de unos quinarios que no se terminaron. Cuando cayó el velo de la vuelta a las calles las iglesias estaban llenas de gente con mascarillas y bancos que invitaban a guardar la distancia.
Mano derecha de la Virgen del Carmen, que se ha ofrecido a los fieles
Sólo con el tiempo fueron cayendo todos los demás empezando por las procesiones en las calles y siguiendo por las mascarillas. Faltaba el último, que fue el primero. En la tarde de este miércoles, Nuestra Señora del Carmen Coronada no compareció en veneración, que era la palabra de este tiempo, porque la Virgen estaba sobre la peana, a la altura de sus devotos y quien quisiera podía depositar un beso en la mano derecha, como toda la vida.
Naturalidad
Desde marzo de 2020 no se podía hacer en Córdoba este gesto de veneración en que la Virgen comparece como reina al pie del altar. El vicehermano mayor, Pedro José Sánchez, cuenta que aunque la hora de comienzo, las seis de la tarde, no acompañaba mucho en un día como ayer, hubo bastantes hermanos y devotos que se acercaron. Serían muchos más en las horas siguientes, sobre todo en torno a la hora en que se celebraba la novena.
«La gente ha llegado con mucha naturalidad a dejar el beso », cuenta. Ni siquiera había mascarillas en el paisaje. Comparecía la Virgen muy enjoyada, según su estética, entre monumentales rosas blancas y con el hábito llamado de los jarrones, del siglo XVIII. A su espalda estaba Santa Teresa, de cuya canonización se cumplen cuatro siglos este año.
El besamanos continúa durante la jornada del jueves 14, ya a pocas horas de la procesión del 16. A sus pies se despojó, después de mucho miedo y dolor, el último velo que había dejado la pandemia, y que la archicofradía del Carmen quitó con la simple decisión de atreverse.
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