Así se escanea a los titulares de las cofradías

El proceso de escaneado no es, en esencia, distinto al que se hace con un papel, pero con los consiguientes cambios para tallas que están en tres dimensiones. Se trata de convertir imágenes en unos y ceros, es decir, en un archivo digital. Hay varias posibilidades para llevarlo a cabo: por un lado el láser, que precisa una exposición prolongada, y por otro una serie de cámaras volumétricas que emiten luz y recogen lo que tienen delante.

Como explicaba Jesús Rodero, de la empresa Global Scan 3D , son escáneres que pueeden recoger y producir magnitudes muy pequeñas, por debajo de los milímetros y de las micras. Es el momento que se conoce como «toma de datos», que antecede al procesado, que es introducir en el ordenador las imágenes captadas. Primero se limpian de cualquier objeto que no sea la imagen y luego el software transforma lo que se ha capturado en imágenes tridimensionales a tamaño real, que se relacionan entre sí en el espacio, de forma que reproducen la imagen con exactitud.

Es una «malla tridimensional», que puede tener el mismo color que la imagen. La cofradía conservará después los archivos, y también podrá hacerlo la empresa, siempre en un formato que haga posible su lectura tanto hoy como en el futuro. A través de la conocida como máquina de control numérico, las imágenes tridimensionales pueden pasar a la madera o al material que se quiera trabajar mediante un sistema parecido al de la fresadora.

¿Y cuándo habrá que usar la copia? No sólo hay que pensar en pérdidas irreparables que nadie querrá nombrar, sino también en una rotura accidental de una parte o en una simple copia a escala. De las imágenes o de cualquier otra pieza del patrimonio de una cofradía.