Salvador Fuentes, de las cuentas de Alianza Popular a la Diputación de Córdoba

Nacido en Palma del Río en agosto de 1960, su trayectoria no se entiende sin la mediación de un personaje clave en la vida pública andaluza, y en concreto en el de la derecha, de las últimas décadas: Javier Arenas.

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Fue éste, el exvicepresidente del Gobierno y exlíder del PP en la región, quien se fijó en él cuando, a finales de los años ochenta del siglo pasado, ambos militaban en el Partido Demócrata Popular (PDP), integrado entonces en Alianza Popular (AP). «Javier llamó un día a nuestra sede del partido en Córdoba, cuando el presidente era Diego Jordano, para hablarnos de Salvador: que era un chaval que tenía ganas de trabajar, que nos lo quería presentar», señala un alto cargo de la formación que lideraba en aquel momento a nivel nacional Antonio Hernández Mancha.

Y allí que tocó el timbre un buen día el presidente de la Gerencia de Urbanismo (GMU) de Córdoba en el último mandato. Con menos de treinta años y una carrera de Derecho iniciada que nunca acabó, Salvador Fuentes se puso al frente de la gerencia de AP en la provincia en sus últimos meses de existencia y en los primeros del Partido Popular en Córdoba, en concreto entre 1991 y 1994, cuando el presidente era Juan Ojeda, un puesto que compatibilizó con su primer cargo electo, el de concejal del PP en su natal localidad de la Vega del Guadalquivir.

Su antecesor en la responsabilidad interna del partido fue Luis Martín, que colgó los trastos para incorporarse como concejal al Ayuntamiento de la capital.

Quienes lo conocieron en esos inicios de su vida política comprendieron pronto que él no estaba hecho para encerrarse en un despacho, sino que llevaba dentro el germen de un político al que le gusta gastar las suelas de los zapatos y no escatima energía ni tiempo en las conversaciones.

«Era el momento de dar a conocer el proyecto del PP en los pueblos de la provincia, y él venía encantado con nosotros: se le notaba desde el principio una soltura natural para conectar con la gente, para empatizar con los demás», señala uno de los altos cargos de las primeras etapas del Partido Popular en relación a Fuentes, cuya familia es muy conocida en Palma del Río: su padre era fabricante de pan y el apodo cariñoso que sus parientes reciben en el municipio es el de 'Los Mantecas'.

Quien dirigirá el destino del organismo supramunicipal de Córdoba en los próximos cuatro años dio el salto a la política andaluza en poco más de un lustro desde que llamó a la puerta de AP: en 1995 resultó elegido como parlamentario andaluz por el PP, puesto que revalidó en sucesivas elecciones regionales y que dejó en 2011.

Muy activo en la vida interna de la Cámara legislativa andaluza, su presencia en la circunscripción al que debía la confianza de los ciudadanos fue constante. «Lleva a su jefe de prensa incorporado», era uno de los comentarios sobre él de los periodistas de las redacciones de Córdoba a los que proveía de documentación o les ponía en la pista de asuntos de interés o de expedientes que les resolvían el día o una semana entera.

Si frenética fue en esos años su actividad parlamentaria y muy prolífica e intensa su relación con los medios de comunicación, no bajó la guardia en el plano interno. En el año 2000 se batió con Enrique Bellido para optar a la presidencia provincial del PP que iba a dejar vacante Liborio Cabello: aunque Salvador Fuentes estaba respaldado por la dirección nacional no consiguió, pero por poco, vencer a su oponente, que dos años más tarde fue expedientado y expulsado de la formación.

En este episodio resultó clave también la mano de su mentor desde sus inicios, Javier Arenas, que semanas antes de que se celebrasen las elecciones internas para elegir al presidente provincial trató de evitar el desgaste y la división de los populares cordobeses y propuso a María Jesús Botella para que ocupara el puesto: eso no ocurrió entonces, porque ella se negó, pero sí años después y tras la defenestración de Enrique Bellido.

Respaldado por su plaza y su labor en la Cámara andaluza, la primera década del siglo XXI fue determinante para el asentamiento de Fuentes como un hombre de importancia dentro del PP cordobés, como prueba que optara a su presidencia, de la que se quedó en puertas.

Aunque él pertenece a la generación del exalcalde y exdiputado nacional Rafael Merino, con quien nunca cosió la capa, su predicamento sí que agarró entre la generación siguiente, esto es, la de José Antonio Nieto, Miguel Ángel Torrico y, en alguna medida, Antonio Repullo, conocidos en esos momentos y puertas adentro como 'los polluelos'.

Uno de ellos -el hoy consejero de Justicia de la Junta de Andalucía- se convirtió en el último tramo del decenio citado en un valor en alza en la política local y ganó posiciones y peso en la estructura orgánica regional, de tal manera que cuando Rosa Aguilar dio muestras evidentes de agotamiento en el Ayuntamiento de Córdoba fue él, José Antonio Nieto, quien empezó a aspirar a sucederla en la Alcaldía.

Si en las municipales de 2007 le ganó pero no pudo gobernar por un nuevo pacto de Izquierda Unida con el Partido Socialista, en 2011 logró una holgada mayoría absoluta de 16 concejales en el Consistorio de la capital. Y lo más importante, al menos para la carrera política de Fuentes: que el PP se hiciera por primera vez con la Diputación.

El hoy presidente de la institución provincial se había presentado en esos comicios locales como número 1 por Palma del Río y el rodillo del clan del PSOE de la localidad -bajo el mando del Salvador Blanco y José Antonio Ruiz Almenara- le pasó por encima. Entonces, hace doce años, parecía increíble que fuera a haber un alcalde o una alcaldesa del PP en ese municipio de la Vega, como ocurre desde el pasado 28 de mayo.

El partido decidió que la presidenta de la Diputación iba a ser María Luisa Ceballos, regidora de Priego de Córdoba, y que su segundo, el vicepresidente primero, fuera Fuentes, que asumió además la Delegación de Hacienda.

Con Ceballos volcada en la presencia pública de la institución y con responsabilidades compartidas en la citada villa de la Subbética, fue su lugarteniente quien se convirtió en ese mandato, hasta 2015, en el factótum todopoderoso del Palacio de la Merced.

Los años que siguieron hasta las elecciones locales de 2019, cuando José María Bellido llegó a la Alcaldía de Córdoba tras el pacto con Ciudadanos, fueron de aprendizaje en la política municipal: el palmeño entró por primera vez como concejal en Capitulares en 2015 y el hoy regidor lo puso a su lado como viceportavoz.

El primer mandato de Bellido, el que acaba de finalizar, lo encumbró como el teniente de alcalde con más peso y carga de gestión: sus responsabilidades han agrupado en el cuatrienio pasado la Delegación de Hacienda y las presidencias de Urbanismo y de la empresa pública de vivienda (Vimcorsa).

A la hora de confeccionar la lista para las elecciones municipales de mayo de 2023, el ya regidor reelecto no tuvo dudas: lo colocó de número dos, el pasaporte para ser el uno en la Diputación.