Feria del libro de Córdoba
Rodrigo Fresán: «Ningún libro será igual para dos personas aunque sea el mismo libro»
El escritor y crítico de ABC Cultural vuelve a desafiar al lector con 'El estilo de los elementos'
Feria del Libro de Córdoba: cuándo es y actividades
Rodrigo Fresán, en la Feria del Libro de Córdoba
Rodrigo Fresán (Buenos Aires, 1963) sabe lo que quiere contar, pero será exigente. Crítico literario de ABC Cultural y autor de culto, este sábado llegó a la Feria del Libro de Córdoba con 'El estilo de los elementos', publicada por Penguin ... Libros, en un acto organizado por el Centro Andaluz de las Letras.
-Land, el protagonista, quiere comprender el mundo a a través de la lectura, y renuncia a escribir.
- No es un simplemente lector como puede ser cualquiera, sino que primero es alguien que renuncia a la vocación de escritor para poder concentrarse en la lectura, y no sólo en la lectura de libros, que es lo que primero le interesa, sino en la lectura de un tiempo, de sus propios padres, de las tres ciudades donde transcurre el libro y finalmente de vidas ajenas. Todos mis libros suelen tener escritores, si no protagonistas, bastante en primer plano, y me gustaba la idea de que esta vez el personaje fuera alguien que no sólo no fuera escritor, sino que renegaba de la posibilidad de serlo.
-Para un escritor, ¿cómo es la relación de compatibilidad entre la lectura y el trabajo de la escritura?
-No veo una gran diferencia. Hay un frontera, pero es muy permeable y delgada. Para mí es casi lo mismo que si me preguntase por la diferencia entre el cuento y la novela. Son percepciones que las ven de una manera más firme y clara gente que no se dedica a escribir, o que son simplemente lectores. Pero uno básicamente escribe porque lee; el primer impulso es la lectura y después las ganas de hacer algo parecido a algo que te gustó mucho o de producir una sensación más o menos intensa similar a la que te produjo algo que leíste. De todas maneras, ahí hay un misterio rarísimo, porque si te vas al principio de los tiempos, ¿qué fue primero, la lectura o la escritura? Es lo del huevo o la gallina: para leer algo alguien tiene que haberlo escrito primero, pero para escribirlo tiene que haber aprendido a leer. Si se aclara alguna vez el misterio vamos a dejar todos de leer y de escribir.
-Esta voluntad de comprender el mundo a través de la lectura, o de que la lectura condiciona la visión del mundo recuerda a Don Quijote.
-Es una versión extrema de ese síntoma, pero también me acuerdo de aquella anécdota de Hugh Grant, cuando lo pillaron con una prostituta en un auto y tuvo que luego pedir disculpas, porque su imagen de inglesito perfecto había quedado bastante deteriorada. Oprah Winfrey le preguntó si iba a pedir ayuda psicológica para superarlo, y él le dijo que en Inglaterra para eso tenían las novelas. Uno se la pasa bien leyendo, se distrae, pero también hay una cosa en el mismo acto de leer, y es que permite vivir una cantidad de vidas que no viviría en su vida, y a partir de ahí conocer muchísimo que no conocería sin al mismo tiempo conocerse a uno mismo. Muchas vocaciones de muchas gentes han surgido a partir de un personaje en un libro que tenía esta o aquella personaje.
-Se dice que sus libros son como retos. ¿Nota que los lectores asumen como desafíos desentrañarlos?
-Espero que sí. A mí, como lector, me gusta que me desafíen y mis lecturas más importantes y que más me sirvieron luego para mi escritura siempre me propusieron algún tipo no de dificultad, pero sí de enfrentarme a algo más complejo. A mí me gusta mucho leer 'best-sellers' buenos, que son simplemente narrativos, pero me interesa que los libros tengan una cierta preocupación por el estilo o un cierto tempo, un cierto idioma y unas ciertas particularidades que lo diferencien de una historia. Tiene que haber una historia también, naturalmente, pero a mí la historia a secas, la trama sin el estilo que la acompañe, me deja un poco con hambre. Me dicen que mis libros son un poco complejos o excesivos, son las palabras que usan, y me sorprende la idea de que alguien piense que leer no es complejo.
-¿En qué sentido?
-Si lo piensa, el solo proceso de la lectura es una cosa muy extraña: hay unos treinta signos en negro sobre blanco y todo eso conforma palabras, oraciones y páginas que se meten por el ojo, llenan el cerebro y se abren ahí dentro. Y además, terminas de darle tu toque personal: ningún libro va a ser igual para dos personas aunque sea el mismo libro. De todas las disciplinas artísticas posibles, la escritura, si ha tenido la suerte de tener una educación elemental primaria y cuenta con un cuaderno y un lapicito, puede escribir 'En busca del tiempo perdido', a diferencia de lo que ocurre con la música, la pintura o incluso hacer una película donde necesitas una gran cantidad de recursos ajenos a ti mismo.
«A diferencia de otras artes, con educación, un cuaderno y un lápiz puede hacerse 'En busca del tiempo perdido'»
-Asistimos a la preparación del personaje desde la elección del nombre Land, como si lo estuviese elaborando delante de los lectores.
-Hay una serie de primeras páginas del libro que son como los créditos de la película. Me gusta mucho hacerlo eso, incluso con una advertencia a cierto tipo de lector, como diciéndole ojo con donde se va a meter, que no es tal vez lo que más interesa y es libre de irse en ese momento. No me voy a sentir ofendido. Me gusta la idea de ir armando el personaje antes de presentarlo, es como el 'making of'.
-¿Qué hay que no hubiera en las anteriores?
-Creo que es mi libro número 13 y tengo la sensación ya de estar escribiendo un solo libro con diferentes tramas y diferentes títulos, pero que son como habitaciones de una misma casa. Es el tipo de escritor que me interesa, como Vladimir Nabokov o John Banville o Enrique Vila-Matas, que a veces se los acusa de estar escribiendo siempre el mismo libro, cuando en realidad están plenamente seguros de cuál es su destino en la literatura. Este libro sí tal vez hay un juego un poco más profundo sobre lo autobiográfico mío. No soy Land, pero sí comparto unas coordenadas con él, e incluso el episodio que a algunos les resulta más inverosímil, y es que al protagonista lo expulsan de un colegio y está dos años fingiendo que va sin que sus padres se enteren, eso es estrictamente cierto, y me sucedió.
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