Economía

Producir un kilo de aceite de oliva cuesta el doble que hace tres años: de 2,42 euros a 6,22

Un informe de la Asociación Española de Municipios del Olivo justifica que el encarecimiento se debe a la subida de suministros y por la reducción de la cosecha

Estos son los supermercados que venden el aceite de oliva al precio más barato en Córdoba

Aceitunas de un olivo en un terreno de Córdoba Valerio merino

La Asociación Española de Municipios del Olivo (AEMO) ha presentado este jueves un informe que justifica que el encarecimiento del precio del aceite de oliva en los lineales a los que acude el consumidor final no se debe a una supuesta especulación de los productores, almazaras o cooperativas ... en origen -tampoco de distribuidores o envasadores, explican-, ya que sus márgenes de beneficio siguen siendo reducidos por el exponencial incremento que sufren en los costes de producción por dos motivos: de un lado, el aumento del valor de la materia prima que usan para producir el aceite y, de otro lado, por la notable reducción de la cosecha en los últimos años.

La presidenta de AEMO y la alcaldesa de Montoro, la socialista Dolores Amo, ha explicado que el precio de la producción de un kilo de aceite de oliva en origen ha pasado de costar «2,42 euros en 2020» a situarse ahora en «6,22 euros el kilo en 2023». Más graficamente, el director de AEMO, José María Penco, autor del informe actualizado de costes de producción del aceite, ha señalado que el valor en origen «se ha duplicado en tres años».

El informe de la asociación desglosa los dos motivos principales que argumentan el incremento del coste de producción. En este sentido, el primer punto es el aumento del coste de la materia prima para su elaboración, la inflación de esos productos. Según AEMO, el ascenso del precio de los fitosanitarios y fertilizantes de 2020 a 2023 ha sido del 70 por ciento. También sitúa en el 40 por ciento el encarecimiento de la energía (gasolina, gasoil y electricidad). Por último, destaca el ascenso de un 9 por ciento de los costes salariales. Sólo con incrementos, el coste de producción en tres años ha subido un 32 por ciento, de los 2,42 citados hasta el cálculo de 3,22 euros el kilo.

Sin embargo, el documento de la Asociación Española de Productores revela que lo que más ha incrementado los costes de producción y, en consecuencia el precio final del aceite, ha sido la reducción de la cosecha. El techo en España es de 1,5 millones de toneladas. En las dos últimas campañas ha sido la mitad: 750.000 toneladas por el efecto de la sequía.

Eso es lo que más ha influido en disparar el coste y el precio, según este informe. Ahora, «el agricultor gasta la misma cantidad pero más cara de fertilizantes, fitosanitarios, energía y mano de obra», ha dicho Penco, pero «produce menos cantidad de aceituna (la mitad) y por tanto de aceite por hectárea». Eso provoca que el coste medio ponderado del kilo de aceite haya pasado a ser en 2023 «de 6,22 euros», teniendo en cuenta ya la subida de los 'input' por la inflación y la reducción de la cosecha, que es lo que más le afecta. Es decir, «se subido un 100 por cien desde 2020 hasta 2023».

Por este razonamiento, el mensaje de Penco ha sido claro para los consumidores: «No gana dinero ni especula el agricultor, la almazara y las cooperativas en origen pese al aumento del precio del aceite de oliva en los lineales». En cualquier caso, ha sido respetuoso también con los demás operadores de la cadena alimentaria, ya que ha detallado que «tampoco se puede hacer una caza de brujas ni culpar a los distribuidores ni a las envasadoras», entre otros motivos porque el precio medio ponderado de «la venta del kilo de aceite de oliva en 2023 ha sido de 5,85 euros».

AEMO, como consecuencia de este incremento de costes, ha dado su versión del precio final del aceite de oliva para el consumidor. A su juicio, «no había más remedio que aumentar el precio para reducir el consumo» para hacer viable que con la mitad de la producción «no se acabase el stock en seis meses». Penco ha detallado que el descenso del consumo ha sido del 40 por ciento en 2023.

Sin embargo, el informe detalla que «con las primeras subidas de precio» el descenso es muy agudo, dejando fuera de este producto a los consumidores con las rentas más bajas. Pero, «hemos observado que a precio muy alto, la demanda de consumo desciende pero mucho más lenta». Esto supone que las rentas medias y altas «se resisten a dejar de consumir aceite de oliva». Para Penco, «los consumidores nos han dado una lección magistral del valor que tiene nuestro producto» y como conclusión «cuando la producción vuelva cifras normales en 2025 no puede venderse a 2,5 euros como se hacía» porque no cubre los costes.

Actualmente, el olivo tradicional mecanizado sigue siendo el que ocupa la superficie principal de producción, con la mitad de la misma (49%). El de sierra o montaña (tradicional no mecanizado) ha bajado hasta el 18 por ciento. Además, el olivar intensivo está en el 27 por ciento, mientras que el olivar en seto, que no existía hace dos décadas, está ya en el 6 por ciento.

La proyección para el año que viene, en la campaña 23-24, es que el coste de producción se mantenga en las mismas cifras que esta campaña, debido a que se mantendrá el valor de las materias primas de elaboración y la cosecha seguirá siendo «similar a esta campaña 22-23». Por este motivo, la conclusión de Penco es que «los precios seguirán» en la misma línea que se han comportado este año. Es decir, con un valor caro para el consumidor.

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