Urbanismo
El Plan Especial de la Sierra de Córdoba, doce años en un cajón
el medio natural
El documento solamente llegó a su aprobación inicial en 2010 y desde entonces quedó varado
La población residente y los usos de la Sierra de Córdoba crecen tras la pandemia
Una colilla, posible causa del incendio en la Sierra
El cerro San Cristóbal, salpicado de viviendas y antenas
Al igual que existe un Plan Especial de Protección del Casco u otro que afecta a los terrenos colindantes a Medina Azahara, el Ayuntamiento de Córdoba debería haber establecido una ordenación específica para toda la Sierra de Córdoba, ahora noticia por el incremento sustancial ... de riesgo de incendio forestal en una zona que se encuentra plagada de viviendas. Sin contar con el núcleo legal de las Jaras, la diagnosis de aquel documento llegaba a plantear la existencia de una treintena de núcleos más o menos dispersos. Las llamadas parcelaciones de la Sierra.
El documento solamente se llevó a aprobación inicial porque nunca hubo una directriz clara sobre qué hacer. En aquella época, Urbanismo estableció dos categorías de parcelas de la Sierra. Las que tenían algún tipo de salida y las que no era posible reconducir. El plan siempre fue formalizar planes especiales de mejora del medio físico en catorce de ellas que son las que tienen un nivel de implantación y organización más amplio. Casos como el las Siete Fincas, que cuenta con un sistema de autoprotección contra incendios que ha sido reconocido oficialmente, o la Casilla del Aire. Sobre las catorce restantes, el documento del Plan de la Sierra no se pronunciaba. Se sobreentendía que desaparecerían solas si se les negaban los servicios cosa que en Córdoba es una falsedad contrastada.
Desde entonces, hasta ahora han cambiado tantas cosas que sería preciso incluso volver a redactar el Plan de la Sierra. Entero. Las leyes estatales y autonómicas sobre el suelo y su tratamiento han cambiado y ahora algunos de aquellos preceptos pueden tener un encaje real. No hasta el punto de dotarla de servicios pero sí para permitir, en algunos lugares concretos, determinados equipamientos.
El problema del Plan Especial de la Sierra es que generaba todo un esquema de actuación. Las viviendas no son las únicas pobladoras de la zona Norte del término municipal de Córdoba. Hay empresas extractivas, de hostelería o estaciones de servicio que se encuentran en la zona. Hay piscinas de uso público, fincas dedicadas a la capaza o al ganado que usan este territorio para apoyar sus actividades. El Plan de la Sierra creaba un marco concreto con el que se atendía la llegada y el funcionamiento de empresas así como elementos que aparecen en el debate público de cuando en cuando como el uso privativo de los caminos públicos.
El texto del Plan de la Sierra que lanzó Izquierda Unida tuvo no pocos adversarios en su planteamiento. Uno de ellos fue la Confederación de Empresarios de Córdoba (CECO) que avisó de limitaciones extraodinarias sobre usos legalmente aprobados. En aquella época no era un debate teórico. Era real. Una empresa sevillana había presentado un proyecto de actuación para explotar el manantial de agua mineral de Los Villares. La clave es que no solo había que sacar el agua. También había que construir una embotelladora. En estos tiempos, se han reactivado algunos proyectos urbanísticos en plena Sierra como el del Raso de la Mala Noche. Que es suelo urbano aunque no lo parezca.
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