Desde mi rincón

Ni olvidar ni perdonar

Condonar 15.000 millones a Cataluña quiere decir que los ciudadanos del resto de comunidades pagaremos esa deuda además de la nuestra

Sánchez ya reconoce que «es factible» una financiación singular para Cataluña y cree que ERC y el PSC «deben entenderse»

Pedro Sánchez, este miércoles durante la sesión de control al Gobierno efe

José Luque

Córdoba

Quema mucho opinar en libertad en esta extraña democracia. El Gobierno toma decisiones que, entre otras cosas, pueden socavar la igualdad de los españoles. Y no hay conciencia clara en la oposición de cuál es su responsabilidad. ¡Me explico! En democracia, la ... soberanía siempre está en el pueblo. No sólo cuando vota. El pueblo debe tener cauces para destituir a sus representantes, cuando abusando del poder delegado intentan castrar nuestra soberanía. Para ello, la oposición es imprescindible. Debe actuar pacífica y democráticamente, informando, uniendo e ilusionando al pueblo, para impedir que entren en vigor leyes complejas de derogar que generan agravios comparativos entre españoles.

Las exigencias de los independentistas catalanes para sostener al Gobierno son injustas, inconstitucionales y dañinas para el futuro de España. Eso lo entendería cualquiera si se le informa de manera sencilla. ¡Veamos! Condonar 15.000 millones a Cataluña quiere decir que los ciudadanos del resto de comunidades pagaremos esa deuda además de la nuestra. ¡Menudo regalito! Dar a Cataluña una financiación singular, única o diferente del resto, como dicen desde el Gobierno, es implantar el Cupo Fiscal semejante a Navarra y País Vasco. Eso haría que el resto de las regiones recibiríamos, según Fedea, unos 30.000 millones menos al año para financiar nuestros servicios e inversiones. Ya podemos estar preparados para soportar recortes en sanidad, educación e inversiones, salvo que se suban los impuestos en esas comunidades que el Gobierno tilda de normalitas, ordinarias o vulgares. No hay otras alternativas.

Es incomprensible tener que hablar de esto por la presión de dos grupos parlamentarios catalanes con 14 diputados en total. Andalucía, que sería la más perjudicada, tiene 61 diputados; es decir, 61 servidores de los andaluces y no vasallos de los partidos. Dicho eso, ¿cómo es posible que leyes como ésta puedan llegar a aprobarse? De ocurrir eso, los andaluces nunca deberíamos olvidar ni perdonar a los partidos y diputados que lo hicieron posible.

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