Las obras sanitarias en Córdoba: del cajón de PSOE durante años a la pancarta

La delegada en Córdoba de Salud y Consumo de la Junta de Andalucía, María Jesús Botella (PP), pone voz, en declaraciones a ABC, de lo que entiende que «la mayor parte de las protestas que hacen ahora son infraestructuras que se no ejecutaron en la etapa anterior; son fruto de la herencia recibida». Recuerda que «me gustaría que me dijeran alguna reclamación, aunque sea una de todas las que promueven, que se haya dado en los últimos cuatro años y sea específica de Córdoba». La Junta tiene en carga actualmente 54,1 millones en infraestructuras sanitarias en toda la provincia.

Es paradójico que era presidente del gobierno de Andalucía Manuel Chaves (PSOE) en 2004 cuando prometió un hospital para Palma del Río. Ha sido el Ejecutivo de Moreno el encargado de construirlo, acabarlo e inaugurarlo, pero ahora las demandas se centran en la falta de equipamiento. «Es falso», sentencia Botella. Las prisas actuales no casan con un proyecto que no se ejecutó ni Chaves, ni con Griñán ni con Susana Díaz. Pusieron la primera piedra en 2008. Sólo en 2010, el Ayuntamiento palmeño hizo las obras de urbanización con unos 2,6 millones de inversión. Pero, los socialistas justificaron el abandono desde entonces por la crisis. Hasta 2018, previo a las elecciones, no comenzaron la obra en el tramo final de Díaz.

El PP asumió el proyecto desde su gestión como prioridad. El hospital se estrenó en noviembre de 2022 con 15 millones de inversión y tres más en equipamiento. En junio está previsto que abran las Urgencias. En abril se impulsarán las áreas de Cardiología, Aparato Digestivo, Anestesia, Cirugía General, Dermatología, Medicina Interna, Neumología, Otorrinolaringología, Traumatología y Urología. En otra fase más avanzada pero «en 2023», la delegada de Salud avanza que se estrenará «la cirugía ambulatoria y la hospitalización convencional».

Esta semana se cumplieron 19 años de su inauguración. Hasta la salida del PSOE del gobierno andaluz habían pasado casi 15 años sin realizar ninguna mejora. Las críticas actuales han estado centradas en los equipos de radiodiagnóstico. Botella defiende que «hay una sala» de rayos funcionando y la segunda tiene en marcha el expediente para ponerla en uso.

Tras años de gestión socialista sin mover una piedra, las deficiencias que ahora reclaman serán solventadas con una ampliación que supondrá la creación de dos edificios anexos al acceso principal. Ganará 839 metros cuadrados para la asistencia sanitaria. Se crearán dos consultas más a las 25 actuales y se implantará Traumatología, gimnasio para rehabilitaciones físicas y dormitorios para los médicos de guardia, entre otras mejoras.

Ha sido habitual ver últimamente al alcalde del municipio pontano, Esteban Morales, augurar «el desmantelamiento» del hospital. Un mantra que llega, por ejemplo, de la salida de una especialista de Digestivo, excusa para vaticinar su retirada. No será así. La funcionaria consiguió un destino en otro lugar del SAS por concurso. Un movimiento habitual. La plaza será repuesta, pero para ello es fundamental que los MIR que ahora se están formando concluyan esta etapa.

Botella pone un ejemplo de cómo lo blanco se intenta hacer negro desde el rival político cuando los datos dicen lo contrario: «Cuando llegamos al gobierno, sólo el 30 por ciento de la plantilla estaba estabilizada; ahora hemos llegado al 60 por ciento;los fidelizamos en el territorio». A su juicio, es la mejor forma para dar el mejor servicio a los ciudadanos y de paso evitar el uso partidista de estos movimientos de los funcionarios.

Allí está el hospital de referencia de la comarca del Guadiato. Las últimas reivindicaciones bajo la pancarta de los socialistas son las mismas que en Puente Genil: «El desmantelamiento, la privatización y la falta de personal», vaticinaron en noviembre en el pueblo minero. La delegada de Salud detalla que «en Peñarroya se siguen prestando los mismos servicios, que son los que recoge la cartera del SAS», aunque aclara que «con la diferencia de que hemos invertido más en ellos».

A su juicio, «la integración en el SAS les beneficia», aunque cree que se está utilizando en el sentido contrario, ya que «ahora se benefician de los Servicios Provinciales en las Especialidades» de las que no dispone el centro. De ahí que ponga en cuestión la idea de que se está derivando más la atención a Pozoblanco o centros privados, como apuntan en las protestas.

Estaba el Mundial de España de fútbol de 1982 cuando se estrenó el Hospital Infanta Margarita. Cualquier crítica a su estado de deterioro, por tanto, podría achacarse a la posible falta de inversiones hasta que en 2018, 36 años después, salió el PSOE del gobierno andaluz. Botella refleja que «cuando llegamos, recibimos un informe que advertía del estado lamentable de los quirófanos».

Pese a las protestas actuales, defiende que están a punto de acabar la reforma del Bloque Quirúrgico y está finalizado el nuevo centro de Anatomía Patológica. También se ha implantó la Farmacia hospitalaria, que permite a los vecinos del sur no tener que desplazarse a Córdoba a por sus medicinas. Por no hablar del nuevo ascensor exterior para evitar el desnivel de la entrada, que mejora la accesibilidad del recinto sanitario.

Es el centro hospitalario de referencia del norte provincial. Las inversiones «han sido impresionantes», asegura la delegada de Salud. En este caso, los ejemplos son la reforma de las Urgencias, de la UCI, la dotación con nuevos ascensores, así como la implantación «por primera vez» de una máquina de «resonancia magnética» para el uso en la comarca de Los Pedroches.

También hay casos paradigmáticos de la doble vara de medir del PSOE antes y después de la llegada de Juanma Moreno a la presidencia de Andalucía en materia de centros de salud. Uno se da en Baena. Una moción del Ayuntamiento ha llegado a reivindicar la puesta en marcha de la cirugía mayor ambulatoria en el municipio. Eso sí, con el pequeño olvido de que «los socialistas, con los motivos que tuvieran, lo retiraron en 2011», expone Botella. Más de una década después, ahora la izquierda lo reclama.

Otro caso llamativo. Los dirigentes municipales piden legítimamente un nuevo centro de salud al PP en Andalucía. Lo hicieron por escrito en 2022 a la delegación. Curiosamente, el PSOE llegó a redactar un proyecto para esta instalación en 2008. Durante más de una década, las reclamaciones a sus homólogos de siglas habían sido nulas que se conozca públicamente. Pero, 14 años después destapan la necesidad del proyecto. Está en el plan de infraestructuras de 2020-2030, y quedan siete años para acabar ese plazo.

«Ha sido maltratada por los gobiernos socialistas», asegura tajante Botella, a pesar de tener una población muy diseminada por su geografía y estar alejada de una autovía, situación que no se da en Cabra, Lucena o Puente Genil. Allí, las inversiones para mejorar la sanidad pública llegarán ahora con el nuevo Centro de Proximidad que se va a realizar. Hay un acuerdo con el Ayuntamiento para la cesión de suelo y la Junta ejecutará la obra cuando tenga presupuesto. No está previsto para 2023.

Es curiosa la tensión a la que se somete la ejecución del centro salud del municipio jarote, tradicionalmente en manos del PP. Sin embargo, el retraso en la puesta en marcha de la obra es un problema del contratista de la obra, ajeno a la Junta.

Adjudicada e iniciada la construcción, la adjudicataria se descolgó en septiembre con la necesidad de cambiar el proyecto y aumentar el precio. Los técnicos de la administración descartaron su necesidad. Se resolvió el contrato. El expediente está en fase de volver a licitarse.

Otro caso digno de estudio. Desde 2008 y con gobiernos socialistas, el Ayuntamiento ofertó hasta ocho ubicaciones diferentes para la construcción del centro de salud. En este tiempo, no hubo ninguna manifestación contra el Ejecutivo anterior. El jueves, el alcalde abanderó una protesta de 200 personas en la delegación de la Junta en Córdoba para reclamar el mismo.

Quizás obvió que los trámites administrativos para realizar el centro de salud en la última zona señalada ha sido una odisea. Se propuso realizarlo en el patio de un colegio, con la complejidad técnica y administrativa que conlleva. Ya se ha conseguido la segregación del espacio, su desafección del uso educativo y afección al sanitario. «Será el primero que se licite el proyecto en cuanto tengamos presupuesto», promete Botella.