Cultura autoriza la primera fase de conservación de la Noria de la Albolafia de Córdoba

El Ayuntamiento de Córdoba, a través de la Gerencia Municipal de Urbanismo, ha proyectado la realización del análisis y toma de datos para la redacción del proyecto definitivo de restauración, así como actuaciones urgentes para frenar el deterioro del enclave. En concreto, la iniciativa incluye un análisis histórico amplio del origen y evolución del edificio, así como un estudio de patologías y un programa de mantenimiento.

Según ha podido informar la Junta en una nota de prensa, dentro de las medidas para esta primera fase, se van realizar labores de limpieza del entorno inmediato del molino y el desbroce de la maleza; el acondicionamiento del terreno colindante y de los caminos para implantar los medios auxiliares; la limpieza exterior de vegetación y microorganismos, así como la limpieza manual de las fábricas, y operaciones puntuales de conservación de éstas para testar procedimientos.

Además de estas acciones, se van a desarrollar actuaciones concretas de conservación de la rueda para ensayar procedimientos y productos, una mejora de la impermeabilización de la sala de molienda para frenar el deterioro del forjado de viguetas de hormigón existente, y la reparación de la reja superior de salida a la cubierta.

El molino de la Albolafia es uno de los símbolos más emblemáticos dentro del conjunto de molinos hidráulicos, debido sobre todo a su noria de grandes dimensiones, que figuró en el sello distintivo del Consejo en el siglo XIV y se integró en el actual escudo de la ciudad de Córdoba.

El origen de esta estructura aparece en diversos escritos de finales del siglo VIII, en los que se relata que la noria servía de método de regado para las huertas del Alcázar. El ruido que realizaba su eje al girar impedía alcanzar el sueño a la reina Isabel la Católica en su estancia en el Alcázar de los Reyes Cristianos, por lo que ordenó que se desmontase íntegramente.

Noticia Relacionada

¿Por qué la bandera de Córdoba tiene una noria en su escudo?

DANIEL ARAGÓN

Este molino de agua cuenta con una amplia historia y tuvo gran valor productivo en época medieval

Arquitectónicamente es una amalgama de restos de diversas épocas, de las cuales se han reconstruido restos pertenecientes de la cultura árabe. La parte más antigua parece ser de época medieval, y corresponde a los restos de un acueducto almohade. Este edificio, además de su función de riego, sirvió de punto vigía y defensivo. En el siglo XVI se convierte en molino harinero y batán y sus nuevos propietarios, la Orden de Jesús y María, realizaron obras como la construcción de la proa cilíndrica y la nave que alberga dos piedras y sus correspondientes cubos de rodezno.

Fue reformado en 1960 por Félix Hernández y desde entonces hasta la actualidad consta de una nave con una parte rectangular cubierta con forjado moderno con paso transversal de bóveda de cañón y un ábside cupulado con arco toral, donde se encuentra una escalera de terraza alojada en el muro.

En el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz (CGPHA) está incluido como Bien de Interés Cultural (BIC), con la tipología de monumento, junto a los molinos del Guadalquivir en Córdoba. Además esta estructura se cataloga como monumento de la villa dentro del Plan Especial de Protección del Conjunto Histórico .