La Graílla

Turismo rural

El Gobierno niega la potencia eléctrica en el Norte y con ella la industria para sacar a los pueblos de un lento desfallecimiento

Muchos de los que ahora quieren prohibir los viajes de los demás hasta no hace tanto pasaban las vacaciones en países pobres y castigaban a los demás con sermones en los que les decían que en India, Etiopía, Tailandia o Bolivia se ... llevaba una vida de verdad auténtica, de simbiosis feliz con la naturaleza, ausencia de agobios y prisas y sabiduría que no necesitaba de libros, sino que viajaba de viejos a maduros y jóvenes en el río de una tradición oral que mejoraba a la medicina, ingeniería y filosofía de Occidente.

En los días primeros del regreso llevaban la desaliñada ropa de aventurero de aquel viaje y llenaban internet con frases de maestros que no sabían leer ni escribir y enseñaban las fotografías con niños que sonreían rodeados de cariño aunque no tuvieran zapatos ni más que una camisa para toda la semana.

No preguntarían por la seguridad de los partos cuando vinieran complicaciones, por la forma de afrontar una enfermedad grave o por la forma de desplazarse al pueblo vecino seguramente porque aquella mirada se basaba en la necesidad de una premisa: quien decía envidiar la suerte del que llevaba una vida sencilla y sin prisas en realidad volvía a su mundo de comodidades, transporte y médicos a la vuelta de la esquina y cuando pidiera algún capricho a través de una página de compras y se lo trajese un mensajero que habría serpenteado entre el tráfico de la gran ciudad ya se habría olvidado de aquellas calles sin asfalto ni agua potable y las raras veces que las recuerde serán estampas bucólicas de gente a la que habría que envidiar si no se hubiese conocido la comodidad de Europa.

A partir de los años 80, cuando los hijos de los nuevos españoles cortaron el cordón umbilical con los pueblos de los que viene todo el mundo, la mirada al campo no ha sido distinta. La propia consideración de turismo rural era mucho menos la voluntad de conocer pueblos y paisajes que de asomarse a un país antiguo con mujeres enlutadas, hombres que vuelven de trabajar en tractor y búsqueda de una tranquilidad malsana.

No cayeron quienes decían que buscaban aire puro en que si aquellos pueblos eran silenciosos era porque en ellos no había niños jugando, adolescentes alborotando y jóvenes bebiendo en las plazas porque hacía tiempo que habían buscado oportunidades con sus padres en la ciudad.

Los vecinos del Norte de Córdoba, aquellos que pasaron un año sin agua, ahora están condenados a ese mismo desfallecimiento sin industria porque el Gobierno de Sánchez que les niega la autovía tampoco les dará la potencia eléctrica necesaria para sacar adelante los proyectos que conseguirían que allí se estableciesen familias que hiciesen a esos lugares volver al tiempo feliz en que se trabajaba y se tenían hijos. Dice el Ministerio que es zona de alto interés ecológico y añado que también cultural: en pocos años se podrá pasar del turismo rural al arqueológico.