Apocalípticos e integrados

Ese sexteto ocasional reunido en torno a un músico de aspecto tímido es un encuentro extraordinario que es necesario conocer como uno de los hitos musicales del blues. Aquel virtuoso que sólo es capaz de hablar con la guitarra tiene en el mercado media docena de discos que han pasado a la historia.

La publicidad de este año da en el clavo de lo que sienten quienes ven la lista en los paneles del bulevar: si uno jamás oyó nombrar a esos que llegan al Gran Teatro con la etiqueta de mitos sin duda es que es un ignorante, un adocenado que no ha ido más allá de los éxitos comerciales sin preocuparse por la música de verdad.

Lo más seguro es que lleve razón y sea necesario agobiarse como el amante de la lectura cuando le reprochan que no haya leído a un escritor del que jamás supo nada y que es imprescindible, como el cinéfilo trascendente que ha encontrado un país africano o asiático del que todavía no ha visto una película que es mejor que todas las occidentales.

Sí, el Festival de la Guitarra de Córdoba es el sitio de los apocalípticos, de aquellos que, como describía Umberto Eco, se posicionan contra la cultura de masas de mayor acento consumista y se saben superiores a los productos en serie que ofrece. Al otro lado, ajenos y felices de sonrisa fácil, están los integrados, que, también según la definición del autor de 'El nombre de la rosa', asumen con la disciplina de la costumbre la dieta de la radiofórmula, y que tendrán en los mismos días también una ocasión para disfrutar.

A partir de hoy y hasta mitad de julio, es decir, en competencia directa con la cita de las seis cuerdas, se celebra el festival Córdoba Live, que ha levantado en El Arenal un gran escenario en el que ha programado conciertos con pinta de ser de éxito, desde Juan Magán, hoy, hasta Manuel Carrasco. Integrados y apocalípticos podrán disfrutar los mismos días de la música que les gusta, pero quien ha visto cambiar los tiempos tiene que avisar a los segundos: el Ayuntamiento invierte 1,5 millones en organizar el Festival de la Guitarra y 300.000 euros en apoyar el Córdoba Live, que es de promoción privada.

Antes de que alguien eche las cuentas de la decadente cifra de espectadores de uno y de la emergente de otro convendrá aclarar que la alta cultura no entiende de números, pero hasta el que no escuche a JC Reyes y Jhayko lo dará por bueno si consiguen un oasis en el lugar que en los días de la Feria es un desierto.