Julio Romero de Torres, un vanguardista entre transgresores en su exposición en Córdoba

Una especie de sinfonía moderna y transgresora, porque de la modernidad, y de la ruptura de una imagen tan arraigada como poco exacta va la exposición, que se titula 'Romero de Torres, pintor de la modernidad. Diálogo con la Colección Telefónica'.

La cita abierta en el museo que lleva el nombre del pintor con la idea de ser no sólo un diálogo, que es lo que se había avanzado, sino también «un juego de imágenes» entre la forma que tenía el pintor cordobés de representar ciertos temas y cómo el arte contemporáneo o posterior a él los plasmó, según las obras seleccionadas de la Colección Telefónica. Con relación o sin ella, con una analogía más evidente o más difícil. Así lo explicó Óscar Fernández, su comisario junto a Laura Ramón.

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Valerio Merino

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Por ejemplo, siempre se había dicho que 'La Gracia' era una Piedad profana, por la forma en que las monjas sostienen el cuerpo vencido de la joven desnuda. Y se le enfrenta precisamente con esta composición, pero según el lenguaje del arte actual, en la mirada de la artista contemporánea Marina Abramovic.

Es una fotografía, pero de un momento, la de una performance que realizó la autora con su entonces pareja, el artista Ulay, lo que habla también de la forma en que se han buscado los referentes para la exposición.

Como afirmó el alcalde, José María Bellido, en la inauguración, es una oportunidad de ver al «Romero de Tores más vanguardista y transgresor», es decir, de comprender que su pintura, más allá de folklorismo y tópicos que la han ocultado, era lo más rompedor de su momento.

Y para eso nada mejor que rodearla de las compañías necesarias, que son los transgresores y vanguardistas de otras épocas. De la suya y de las que han venido después, hasta el siglo XXI.

El Museo Julio Romero de Torres se ha adaptado para la ocasión al cambiar algunas obras de lugar para relacionarlas con las que llegan de la fundación Telefónica. Recibe al visitante 'Muerte de Santa Inés', una obra muy apaisada (de 152 x 258 centímetros) en que se ve de perfil el cadáver de la protagonista. Los responsables de la exposición juegan aquí con el autorretrato de John Coplans, una obra en varias partes que muestra a una figura yacente. También en esa escala está 'Soliloquy I', de Sam Taylor-Wood, también de un hombre tumbado.

Los comisarios han querido en primer lugar que la obra de Romero de Torres se confronte con autores vanguardistas, porque Romero de Torres también lo fue, y ese es uno de los ejes que da sentido al a exposición: el despojar de tópicos a la obra del autor de 'Rivalidad'.

«De ahí sale una modernidad hispana tan contradictoria como fascinante, porque convergen lo elevado y lo popular, y los gestos innovadores se despliegan entre formas eclécticas, historicismo y ecos del mundo clásico», dicen los comisarios. Así se consigue, por ejemplo, que la obra de Romero de Torres se enfrente al cubismo, riguroso coetáneo.

De 1917 es 'Alegrías', una obra en que se recrea la esencia de este palo flamenco con los tres elementos del arte jondo. Baile, cante y guitarra. Cuatro años después, Albert Gleizes firmó 'Composition à la guitarre', una deconstrucción del instrumento de las seis cuerdas jugando con los colores.

Cubista es también Juan Gris, quizá el principal de los españoles que cultivaron ese estilo después de Picasso, y en el caso de esta obra es un diálogo a tres. El lienzo propuesto de Romero de Torres es otra vez flamenco: 'La copla', realizado en 1927 y que muestra a una mujer de cuerpo entero con mantón y una guitarra medio oculta al espectador. De un año antes es la obra de Juan Gris, titulada 'La Chanteuse'.

Es una cantante, como indica su nombre en francés, vestida de rojo y distinta a la de Romero de Torres, pero también muy femenina. Completa la conversación a tres 'Seduzir', una fotografía de Helena Almeida en que el juego de la falda y las piernas de una mujer también muestran cómo la autora y el pintor habían mirado de una forma no tan distinta.

Una mujer sentada es un tema habitual en el arte, pero August Herbin lo hace en 'Portrait de Madame H' con tintes también cubistas y Julio Romero de Torres en 'Retrato de joven' todavía, en 1902, en busca de su estilo más personal.

'Ángeles y Fuensanta', de 1909, hace pareja con 'Balcón abierto y plato con pescados', un lienzo de Manuel Ángeles Ortiz en que se recrea el amplio paisaje a través de una ventana, tal y como sucede en el de Julio Romero de Torres. A partir de ahí, la confrontación entre las obras de Romero de Torres se hace con piezas más actuales.

'La nieta de la Trini' es un desnudo clásico, de una mujer tumbada en un diván y mirando directamente al espectador. Es habitual en la historia del arte y se confronta con dos. El primero, 'Femme couchée lisant', de Javier Vilató en 1964, una obra en la que las formas aparecen deconstruidas, pero en que se intuye lo que quiere mostrar en el título. De forma mucho más clara en la fotografía 'Inocencia y Juventud', de Ouka Lele, con una mujer que no aparece del todo desnuda.

Los retratos en primer plano son habituales en la obra de Romero de Torres y aquí se propone cuatro, todos ellos femeninos, que se confrontan con fotografías de Salla Tykkä, y que evocan en cierta forma, según los organizadores de la exposición, el impactante vídeoclip de 'Thriller', de Michael Jackson.

Resume el espíritu de una exposición protagonizada por la imagen y lo que está delante del pintor, porque al retrato de primer plano se puede llegar de tantas formas como creadores hay.

Lo femenino sigue presente con 'Conchita Triana¡', un retrato de una mujer de cuerpo entero, con el fondo de un largo paisaje a través de la ventana. La obra propuesta aquí es 'L'appel', que realizó Paul Delvaux en 1944 y en que la protagonista también tiene alrededor un fondo muy llamativo, aunque de carácter urbano.

La última de las correlaciones enfrenta a Córdoba con Nueva York. Julio Romero de Torres propuso en el lienzo 'En la Ribera' una mujer desnuda de cintura arriba, pero de espaldas, mirando al paisaje del Guadalquivir y a la ciudad dormida que apenas se percibía como una silueta sugerida.

Paul Graham firma 'Woman with golden face, New York 2000', una mujer en la misma posición con el paisaje de coches, escaparates y tiendas de una zona no especialmente lucida.

En la inauguración de la exposición, el director de la Fundación Telefónica, Luis Prendes, ensalzó la «combinación de luz y sombra» de Romero de Torres y elogió el concepto de la muestra. «Seguro que esta noche, cuando el museo se cierre, las obras que están presentes aquí se pondrá a hablar».

El alcalde insistió en que esta muestra supone «actualizar la mirada sobre Romero de Torres y reivindicar la vigencia y vanguardia del interior». La innovación es el motor de la cita, que limpiará la obra de Romero del autor de todas las adherencias y conseguirá que se difundan sus valores.