Dignidad y vergüenza

El presidente Sánchez busca apoyo de grupos minoritarios de toda condición política para conseguir mayoría en una investidura. Parece estar dispuesto, si falta hace, a poner en almoneda la igualdad de los españoles, la democracia e incluso la identidad de España tal y como la conocemos. Pero un fugitivo de la Justicia, Puigdemont, exige para empezar a hablar una Ley de amnistía que le beneficie al él y al resto de condenados o encausados por el proceso catalán. Expertos, exdirigentes socialistas y muchos ciudadanos afirman razonadamente que eso es inconstitucional o que esa medida representa la condena de la Transición.

El Tribunal Supremo previene que «la amnistía abre un boquete irreparable en el estado de Derecho». Personalmente creo que se trata de una petición que, buscando nuestra división, sólo puede salir de mentes enemigas de España. ¿Callamos?

Los ciudadanos de Córdoba tenemos en el Congreso seis diputados que nos representan y se deben a nosotros. Si los españoles no tenemos lo que hay que tener para impedir que por la puerta principal o por la gatera esa amnistía llegue al Parlamento, Córdoba debe exigir a esos seis diputados que den la cara públicamente y que por dignidad y vergüenza justifiquen su voto.

Me duele decir que la encrucijada en la que se encuentra España es grave. Hablo como ciudadano de Córdoba y me dirijo a mis paisanos como soberanos y libres que son. España entera debe rebelarse contra aquellos políticos que actúan como autómatas a las órdenes de los partidos, olvidando su deber como ciudadanos de España y como representantes que son de los españoles.