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PASAR EL RATO

El inocente de La Moncloa

Cruel España, que maltratas a tus hijos mejores y los obligas a nacionalizarse en la República Dominicana, donde habita el olvido

Sánchez abandona el victimismo y pasa al ataque contra el PP retándole a una moción

José Javier Amorós

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El PSOE está llorando. / La Moncloa está llorando. / El PSOE y la Moncloa / con delantalitos blancos. El jueves pasado, ay dolor, habló desde el púlpito su dueño y señor. Hablaba como si se le estuviera acabando la batería, después de cargar él ... solo con siglo y medio de socialismo español. Atlas Sánchez, que lleva sobre su conciencia el peso infinito de la virtud. Sin lágrimas en los bellos ojos maquillados, su voz era un sollozo. Cruel España, que maltratas a tus hijos mejores y los obligas a nacionalizarse en la República Dominicana, donde habita el olvido. Sánchez, siete millones de veces santo y sufridor, entró repetidamente en la agonía y pidió perdón por los pecados de otros. Perdónalos, Señor, porque yo no sabía lo que hacían. Cerdán, malo. Ábalos, malo. Begoña catedrática, buena. David sinfónico, inocente. García Ortiz, a la gloria del toreo. Mientras el profeta evacuaba, se hizo en el Tribunal Constitucional un silencio como de media hora. Que es el tiempo que Conde-Pumpido necesita para declarar ilegal la Unión Europea y nombrar a Bolaños presidente de la Sala Segunda del Tribunal Supremo. Sánchez penitente sólo parecía resucitar al referirse protocolariamente al PP, por cuya conducta alevosa ha sido necesario endurecer el Código Penal. Después, volvía al ataúd. La tragedia del presidente es que siempre tiene razón. Y como no frecuenta a Lutero, desconoce que la razón es la prostituta del diablo. O la sobrina de Ábalos, que le resultará una imagen más familiar. ¿Qué puede reprocharle España a un gobernante que pidió seis veces perdón en su homilía, el doble de veces que otro Pedro gigante negó a Cristo?

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