DESDE SIMBLIA
Los congresos de los partidos
Las energías renovadas con que la militancia sale de los congresos se diluyen en las semanas siguientes porque escasea el turrón
El congreso regional del PSOE celebrado en Granada, en imágenes
María Jesús Montero abraza la herencia de Chaves para recuperar la Junta de Andalucía
Los congresos de los partidos son, al menos teóricamente, sus momentos de mayor importancia. Las direcciones salen de ellos y se define la ponencia ideológica. En los partidos el organismo de mayor rango se define en muchos casos como el más importante entre congresos. ... Pero la realidad es que, cada vez menos, son ese momento crucial porque todo está atado de antemano. No es frecuente que haya listas alternativas a la que se denomina como la lista oficial. Lo estamos viendo en los congresos regionales del PSOE. En los dos últimos, el celebrado en Castilla y León y el celebrado en Andalucía, las que podían ser listas alternativas a la oficial han desaparecido. En Andalucía el defenestrado Espadas —se dice que no hay peores puñaladas que las que se reciben entre aplausos y reconocimientos— sostenía que su candidatura llegaría hasta el final, aunque en el congreso federal, celebrado en Sevilla, se le anunció de la forma sibilina en que se hacen estos anuncios, que su tiempo como secretario había llegado al límite.
Hoy raramente se asiste a un congreso donde afloren corrientes internas o se plante cara al poder de la ejecutiva del momento. Recuerden cuando, en el año 1979, el PSOE celebró dos congresos. El primero, el XXVIII, en mayo, justo después de las elecciones generales de aquel año. Allí fue rechazada la propuesta del secretario general, Felipe González, quien abogaba por abandonar las tesis marxistas como referencia ideológica del partido. González rechazó el cargo de secretario general por lo que el PSOE se vio obligado a configurar una comisión gestora, que preparó un segundo congreso, de carácter extraordinario, celebrado en septiembre. Entonces se abandonó el marxismo, se abrió la puerta al llamado socialismo democrático y Felipe González fue elegido secretario general.
La nueva secretaria general del PSOE en Andalucía, María Jesús Montero, ha sido elegida prácticamente por aclamación. No hay fisuras. Todo el partido está detrás de ella. Como lo estaba detrás de Espadas cuando fue elegido, frente a Susana Díaz. Su misión es complicada, muy complicada, porque el PSOE ha ido perdiendo en Andalucía buena parte del fuelle que, en otro tiempo tuvo. No tiene el poder de la Junta, No tiene el poder de los principales ayuntamientos, ni el de la mayor parte de las diputaciones.
Desalojar a Juanma Moreno le va resultar difícil. Ya no se pueden utilizar los ERE para conseguir fidelizaciones electorales, aunque se pueden comprar ayuntamientos, como en el caso reciente de Jaén. Pero si los números daban en la capital del Santo Reino, no dan en muchos otros para repetir la operación. Añádase que las energías renovadas con que la militancia sale de los congresos, escaparates para consumo interno y externo, se diluyen en las semanas siguientes porque escasea el turrón del que hablaban los políticos decimonónicos para referirse a las prebendas.
Renovación a precio de tarifa vigente | Cancela cuando quieras