EL AGUA Y LA CIUDAD

Fuentes de Córdoba, el hilo de lo perdurable

PATRIMONIO

Una aplicación permite conocer la historia de unos elementos urbanos que han inspirado al arte

Córdoba tiene suministro garantizado de agua para los dos próximos años

Las fuentes de Córdoba, a un golpe de clic

Fuente del Patio de los Naranjos Rafael Garzón

Félix Ruiz Cardador

Córdoba

La Empresa Municipal de Aguas de Córdoba (Emacsa) ha puesto a disposición pública una aplicación para móviles que facilita información histórica y de utilidad sobre el amplio catálogo de fuentes públicas con el que cuenta la urbe. Este paso supone el salto a las ... nuevas tecnologías de veneros que acumulan en muchos casos siglos de historia y que son un símbolo del que han escrito sus mejores poetas y que han pintado sus más célebres artistas.

El agua abundante que baja de Sierra Morena ha sido el aliado indispensable para que la ciudad haya podido contar con estos equipamientos de utilidad diversa, hoy principalmente recreativa y ornamental pero en el pasado vitales para el consumo humano y para el abastecimiento de los animales. La viejas imágenes demuestran además la importancia que tenían como punto de encuentro y de interacción social, algo que las une a las primeras fuentes que ya dispusieron en la urbe tanto los romanos como los andalusíes. La historia de Córdoba no deja de ser en parte la historia cambiante de sus fuentes y la inmutable del golpeo del agua contra la piedra.

Fuente de la Fuenseca ABC

La aplicación de Emacsa, que propone diversas rutas, permite profundizar en su historia, tanto de las más clásicas que se pueden ver en los barrios intramuros de la Villa y la Axerquía como las modernas que se han ido instalando en las zonas de expansión urbana de los siglos XX y XXI, como Conde de Vallellano o el Vial Norte. De todas ellas quizá la más conocida y fotografiada sea la Fuente de Santa María de la Mezquita, que pintó Sorolla y en la que aún se puede ver la piedra desgastada por el peso de los cientos y cientos de cántaros. Junto a ella, también se elevan como postales de la ciudad las fuentes espectacular del Alcázar de los Reyes Cristianos.

Galería. Fuente central de los Jardines de Colón en Córdoba Valerio Merino

No menos icónica que todas ellas es también la del Potro, que está atribuida a Hernán Ruiz III y que se construyó en el siglo XVI, aunque la pequeña escultura del animal que le dio nombre no se le colocó hasta la siguiente centuria. Esta fuente renacentista, que eternizó Julio Romero de Torres, tiene una 'hermana' muy similar, aunque más escondida. Se trata de la fuente que hoy está en San Andrés, que en sus orígenes se encontraba en la Plaza del Salvador y que tuvo en su cima un águila decorativa, destruida en los últimos compases de la Guerra de la Independencia.

Pilón de la Cuesta del Bailío ABC

No lejos de allí, cruzando la calle San Pablo, se puede ver otra fuente cargada de historia como es la Fuenseca, una de las más ricas en agua a pesar de su nombre. El venero ya existía a finales del siglo XV, aunque en una ubicación diferente y menos ventajosa para la afluencia de las aguas. La actual, como se lee en una inscripción, es de 1808 y va asociada ya para la historia tanto a la obra de Romero de Torres como a la centenaria peña flamenca que lleva su nombre.

Literatura

La Piedra Escrita tiene un lugar en los versos de Pablo García Baena

No menos historiada que La Fuenseca es la Piedra Escrita, que aparece por ejemplo en los poemas de Pablo García Baena y que el año pasado cumplió 300 años de historia. Situada en la confluencia en la confluencia de las calles Cárcamo, Moriscos y Costanillas, fue construida bajo reinado de Felipe IV y es un símbolo callejero del barroco cordobés.

La Piedra Escrita, con 300 años de antigüedad Valerio Me3rino

La historia de las fuentes cordobesas es también la historia de algunos traslados, obligados por la expansión urbana de la ciudad y de diversas reformas viarias. Ya se citó el caso de la San Andrés, pero más duda suscita la espectacular fuente que se puede ver en la plaza del Vizconde Miranda. Algunos historiadores sostienen que esta estructura barroca, muy amplia, era la fuente que estaba en La Corredera antes de la construcción del Mercado de Sánchez Peña, mientras que otros dudan. Lo cierto es que hoy luce con mayor espectacularidad que la que hay hoy en la plaza porticada, una pequeña fuente de la última reforma diseñada por el arquitecto Juan Cuenca.

También en un emplazamiento algo distinto al original está la fuente de Campo Madre de Dios, hoy rebajada en el parque que hay frente a la Comisaría pero que en el pasado estuvo junto al Matadero y fue fundamental en el abrevadero de las bestias que se dirigían hacia allí o que salían por el camino de la Fuensanta. Con cierto aire de familia a ésta, también se puede destacar la fuente de Padres de Gracia, de estilo barroco, inspirada en los modelos del arquitecto Ventura Rodríguez y que se sabe que ya existía en el siglo XVIII.

Pileta de los jardines de los Patos ABC

La modernización urbana que se ideó a finales del siglo XIX y se hizo realidad a lo largo del XX fue proclive a crear nuevas fuentes. Simbólica de todas ellas es la de Las Tendillas, coronada hoy por la escultura del Gran Capitán y que se creó en los años 70, aunque la actual procede de la última reforma. Muy cuidada es otra fuente moderna, la del Bailío, que diseñó el arquitecto municipal Víctor Escribano Ucelay.

Fuente de las Tendillas, con los chorritos Valerio Merino

Más polémica por su estética, pero punto de encuentro durante las últimas décadas, es la fuente de Los Cubos del Gran Capitán, obra del arquitecto y miembro de Equipo 57 Juan Serrano. En espacios cercanos, y también de expansión contemporánea de los siglos XIX y XX, se pueden disfrutar de otras fuentes fundamentales del urbanismo cordobés como la tardorromántica de la plaza de Colón, la de los Patos en los Jardines de la Agricultura y las diferentes que existen en los Jardines de la Victoria y en la avenida del mismo nombre.

En cuanto al siglo XXI, quizá sea el Plan Renfe y la zona del río y el Puente de El Arenal donde ha quedado sus mayores testimonios, con fuentes innovadoras. Sean cuales sean los gustos de cada uno, más clásicos o más contemporáneos, lo evidente es que Córdoba se dibuja como ciudad de fuentes casi innúmeras. Bien merecen todas ellas, las viejas e historiadas y las modernas y más rompedoras, el paseo del espectador curioso. Más en estas noches de verano.

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