Según explican desde dicho sindicato, en el momento en que un preso era trasladado para recibir su medicación personalizada, «se abalanzó y arremetió contra un trabajador con un bolígrafo con la intención declarada de acabar con su vida».
«La profesionalidad», sigue la nota de prensa de CSIF, de este empleado de prisiones y de otros compañeros que acudieron en su ayuda «evitaron lo que podía haber terminado en una tragedia».
El interno cuenta en su haber con numerosos intentos y agresiones a funcionarios, peleas con otros reclusos, incumplimientos habituales de la normativa regimental y bastantes autolesiones.
Este sindicato, igualmente, vuelve a denunciar «la precariedad de personal» en la cárcel de Alcolea, así como la escasez de medios materiales cualificados y formación específica y continua. «Demandamos ser considerados de una vez por todas como agentes de la autoridad y que este perfil de internos encuentre por parte de la Secretaría General la clasificación regimental que se merece y no la que consideran desde el falso buenismo los máximos responsables de esta institución». Por último, CSIF informa de que exige a la dirección de la prisión cordobesa el traslado del interno que ha protagonizado esta agresión.
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