Cruz Roja prevé atender a unos 900 temporeros inmigrantes en Córdoba para la aceituna y la naranja

Explicó que, «al incrementarse la campaña de la aceituna» -con mucho más fruto que recoger que en las dos anteriores, castigadas por la sequía-, «ha aumentado el número de personas migrantes» que se desplazan hasta la provincia. Indicó que, hasta hace unos años, «muchos provenían de Marruecos y Rumanía». Pero el origen ha cambiado. Arévalo indicó que ahora «la mayoría proceden de Malí y Senegal». Son personas que se mueven en una franja de edad de entre 18 y 50 años.

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Apuntó que una parte de estos migrantes tienen contrato, pero hay otra sin permiso de trabajo, con lo que no pueden formalizar una vinculación laboral por la falta de dicho permiso. Recordó, después, que «hay muchos empresarios que se quedan sin cubrir la mano de obra que necesitarían por la dificultad de encontrarla entre los trabajadores locales. Cada vez menos personas nacionales están dispuestas a trabajar en las campañas agrícolas. Es una labor dura y no excesivamente bien remunerada».

Los dueños de negocios, siguió, «quieren encontrar empleados con permiso de trabajo, pero, desgraciadamente, no toda la gente que llega aquí tiene dicho permiso».

Cruz Roja brinda a estos inmigrantes asistencia, con su estructura de voluntarios y trabajadores, en Adamuz, Puente Genil, Lucena, Palma del Río, Priego de Córdoba, Baena y Rute. En estos dos últimos municipios, indicó esta trabajadora social, cuentan con un CETI (centro de estancia temporal de inmigrantes), que «están llenos».

«Cada uno de ellos tiene plazas para que puedan dormir unas 25 personas, pero en ellos se atiende a muchas más personas que acuden a estas instalaciones para utilizar las duchas, lavar su ropa o desayunar allí», indicó. Explicó que «llevamos una época en la que no llueve y entonces acuden menos personas». «Cuando hay precipitaciones y no se puede recoger la aceituna, van allí para pasar el día», comentó.

Arévalo expuso que, durante las campañas agrícolas, Cruz Roja reparte «una serie de ayuda humanitaria para facilitarle a los migrantes su estancia en nuestra tierra». «Ahora, estamos distribuyendo chaquetones, sacos de dormir o kits de higiene. Entregamos sobre todo ropa de abrigo y para el descanso para combatir el frío. Porque bastantes de ellos duermen en la calle», apuntó. Indicó que también realizan con ellos tareas de «asesoramiento jurídico o de acompañamiento en materia social o sanitaria». «Las personas que están aquí sin los permisos de trabajo y residencia no tienen ninguna ayuda pública; sólo la que le ofrece Cruz Roja y otras entidades», denunció.

Esta trabajadora social dijo que «no tenemos constancia» de albergues para temporeros en la provincia más allá de los suyos y del espacio habilitado por el Ayuntamiento de Lucena, con colaboración de la propia Cruz Roja.

Según informó el Consistorio aracelitano, el 2 de diciembre puso en marcha su Centro de Pernocta en el complejo de Los Santos, destinado a transeúntes y trabajadores del campo. Con él, aseguró el gobierno municipal lucentino, se busca «atender las necesidades de alojamiento de personas frente a las bajas temperaturas de esta época del año».

Este espacio cuenta con 16 camas y permanecerá activo hasta el día 2 de febrero en horario de 21.00 horas a 8.00, mientras que el Centro de Atención Básica al Inmigrante (CABI) pasa a funcionar de 17.00 a 21.00. «Dará así cobertura a los usuarios que precisan estos servicios durante las horas del día en las que descienden significativamente las temperaturas», señaló el Ayuntamiento.