A las 10.00 horas, y tras la celebración de la Eucaristía principal, presidida por el reverendo José Antonio Jiménez Cabello, párroco de la Santísimo Trinidad, comenzaba la procesión que contaba con un gran cortejo, abriendo el desfile con más de un centenar de niños que este año hicieron su primera comunión.
A éstos le seguía una amplia representación de todas las hermandades y cofradías de Priego, tanto de Pasión como de Gloria, todas ellas con su pendón oficial. También desfilaron tanto la sección masculina como femenina de la Adoración Nocturna. El grupo de diez seises pertenecientes a la Hermandad de la Soledad, los cuales mostraron su tradicional baile ante el Santísimo, tanto en la Eucaristía, como en la amplia alfombra de casi 300 metros cuadrados que presidía el artístico altar confeccionado en las puertas del Ayuntamiento.
El desfile ha transcurrido con normalidad, a pesar del calor, hasta que la procesión se ha adentrado en el histórico barrio de la Villa, por su entrada en la calle Real, donde el desfile procesional ha tenido que dar marcha atrás y cambiar el tradicional recorrido, todo ello debido a la reforma de una casa que, en su fachada, se ha visto aumentada apenas unos 3 centímetros, suficiente para que no pasase el pequeño trono de plata.
Al final se ha hecho un recorrido alterno, desfilando por primera vez por el balcón del Adarve hasta llegar a la plaza de Caballos. Tras acceder por dicha plaza a la parte final de la calle Real, se ha llegado a la plaza de Santa Ana a la una de la tarde, dándose por finalizada la celebración tras la exposición del Santísimo Sacramento.
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