El nuevo Córdoba CF se cocerá a fuego muy lento en una pretemporada larga de fichajes

La principal novedad reside en el ritmo. Mientras hace un año el trabajo estaba hecho y rematado antes del inicio de la pretemporada, este verano, la dirección deportiva tendrá pocas vacaciones y mucha tarea por delante. Incluso no es descartable recuperar la carrera contrarreloj de la última tarde de agosto para acometer algún fichaje sobre la bocina.

La actual plantilla del primer equipo cuenta con 14 efectivos y el cuerpo técnico cerrado al completo. Mientras tanto, el filial apenas cuenta con un seis futbolistas aunque alguno más hay cerrado antes de que se anuncien en los próximos días.

Eso lleva a un escenario en el que la entidad debe cerrar más de seis operaciones, como mínimo, antes del 31 de agosto, más algo más de una centena para los chicos de Diego Caro.

El curso pasado, con el ascenso de categoría y una superioridad arrolladora, la apuesta fue la de mantener el bloque y retocarlo con algún cambio de cromos. La dirección deportiva no tuvo el desgaste de tener que peinar el mercado de los entrenadores, dado que Germán Crespo siguió como técnico.

Desde que acabó la liga regular y hasta el anuncio del asturiano Iván Ania como nuevo técnico han sido muchas las llamadas y las reuniones para elegir al encargado de sentarse en el banquillo. Eso también ha retrasado el resto de aspectos, llegando a esta fecha con la plantilla aún sin cerrar también.

Pero no ha sido sólo la tardanza de la llegada del técnico, sino una cuestión estratégica. El curso pasado apenas dio siete bajas, para sumar otras tantas incorporaciones. Prácticamente fue un cambio de cromos que se resolvió antes del 10 de julio, con la estrategia definida y el horizonte marcado.

Ahora, las directrices también están marcadas pero son totalmente opuestas. El cambio de rumbo cuenta no solo con un ritmo más lento, sino con argumentos diferentes.

Para empezar, la plantilla será más corta. De los 24 efectivos que tenían ficha la temporada pasada, la idea pasa por dejar un grupo de entre 21 y 23 futbolistas. Al no contar con un tercer portero, las fichas 'P' máximas serán 17 y el resto se completará con sub23.

Con catorce futbolistas, aún quedan por cerrar entre siete y nueve fichajes, que podrían ser más si se oficializa alguna baja más. Además, hay previsto cerrar la incorporación de algún fichaje llamativo para el filial y que se encuentre en dinámica del primer equipo, lo que amplía el número de movimientos.

En esta nueva estrategia, la decisión es esperar a que se agite el mercado en estilo piramidal. Quizá este año también haya menos poder de convicción, algo que reafirma esta postura. El Córdoba buscará los jugadores que, aún teniendo cartel en Segunda, se queden sin sitio en el fútbol profesional y también mirará la posibilidad de jugadores que están a la espera de otros mercados llamativos y que finalmente acepten quedarse en España.

Con la excepción de Juan Villar el pasado mercado invernal, el Córdoba acumulaba varias ventanas sin llegar al último día con alguna tarea por hacer. Sin embargo, este verano no sólo es que lo parezca, sino que es la intención. La de esperar para estar presentes en movimientos que se dan a determinadas alturas del mercado.

Entre los fichajes ha de estar la llegada de un delantero que compita el puesto con el rambleño Antonio Casas, algún extremo más (sobre todo si Canario termina saliendo de la disciplina blanquiverde), reforzar el centro del campo que cuenta con dos medios centros y un solo mediapunta, así como darle el último empujón a la zaga.