Germán Crespo: «Nos hemos visto cinco semanas primeros y eso ha equivocado a la gente»

—Lleva 50 partidos en el Córdoba, ¿le sorprende en un club tan convulso?

—Pues sí, sobre todo por venir de la cantera. Creía que iba a ser para tres semanas y ya voy por 50 partidos y con todo lo bueno que nos ha pasado.

—¿Cómo se enteró que iba a ser entrenador del primer equipo?

—Me llamó Miguel Valenzuela cuando estaba en Los Barrios para decirme si me sentía con ganas y le dije que sí, que la ilusión era máxima. En esas tres semanas se demostró la ilusión que teníamos, pero no se pudo conseguir el objetivo, aunque era muy complicado. Ese verano fue largo. Tenía la oferta del Recreativo, pero quise arriesgar y podía quedarme sin equipo por esperar. Cuando llegó la llamada del club me quedé muy satisfecho.

—¿Crespo se hace entrenador por la lesión que le obliga a retirarse como jugador o ya tenía el gusanillo?

—No, cuando me lesioné ya me estaba sacando el curso de entrenador. Siempre he vivido mucho el fútbol. Cuando perdía como jugador me tiraba una noche o dos noches sin dormir. Me gustaba mucho y dedicaba todo mi tiempo al fútbol. Cuando me llegó la lesión ya me estaba preparando. Pasé de ser profesional a verme sin contrato. Hay un momento que pienso dedicarme a otras cosas y dejar el fútbol, pero seguía sacándome los títulos por lo que me gustaba. Cogí el riesgo de dejar empleos por dedicarme a entrenar. Me ha salido bien, aunque he estado muchos años en categorías amateur esperando esta oportunidad.

—Diferenciando las etapas, vivió una situación parecida ahora a Samu.

—Sí. Cuando entré a operarme (por una infección en el tobillo producida a una posible infiltración errónea) estaba un poco engañado por la familia. Ellos sabían que había incluso la posibilidad de amputarme la pierna, pero yo sólo preguntaba si iba a volver a jugar al fútbol. Desde la operación tenía claro que mi vuelta no era posible, Samu es diferente; lo ha intentado.

—¿Le sigue afectando la lesión?

—Pasé unos meses muy complicados. Estaba en crecimiento. Había jugado en el Granada. Había equipos interesados de superior categoría. Hay momentos que te ves de tenerlo todo a no tener nada. Valoro mucho lo que ha hecho el Córdoba con Samu porque yo ni tuve la posibilidad de renovar, estaba a punto de casarme y te ves un mes, otro mes y otro mes que no tienes ingresos. Fue muy duro.

—¿Por qué decide Germán Crespo jugar con este estilo tan ambicioso?

—Creo que por mi forma de jugar. Era un jugador de calidad, incluso he tenido debates con mis entrenadores sobre en qué posición tenía que jugar. Esa calidad que tenía como jugador o lo que a mí me gustaba tener de mis entrenadores es lo que he llevado a cabo cuando me ha tocado.

—Ya, pero es fácil hacerlo con un grande. Lo difícil es hacerlo con el Huétor, el Jaén, el Lincoln o el Córdoba.

—Tanto en Jaén como aquí es más fácil porque se han hecho plantillas muy buenas. Yo veía que si era capaz de hacerlo en clubes humildes, con presupuestos de pagar sólo la gasolina, en campos en condiciones muy malas... En primera experiencia con el Sierra Nevada era un campo de fútbol 7, de tierra y chinos y tenía sólo cinco jugadores en agosto. Le dije al presidente que íbamos a jugar al fútbol, y me dijo que allí no se podía. Ese año ascendimos. En Huétor Tajar igual. Jugamos el play off por primera vez en la historia. Cuando demuestras que eres capaz de hacerlo allí, pensaba que cuando me llegara una oportunidad como ésta podía hacerlo también.

—Hay debate ahora con las rotaciones, ¿ya las hacía antes también?

—Sí, pero cuando he rotado ha sido porque he tenido plantillas buenas. He tenido equipo en los que sólo contaba con 14 ó 15 jugadores y eran los que jugaban porque los demás estaban por debajo de ese nivel. No soy tonto. Si roto es porque tengo confianza en los 24 jugadores que tengo. Lo que no voy a hacer es echarme tierra por agradar a los jugadores.

—De estos 50 partidos en el Córdoba, ¿con qué momento se queda?

—Me he visto en situaciones muy buenas. Quiero recordar la clasificación de la Copa del Rey. He comentado con mi mujer y con mis padres que tenía ganas de vivir un ascenso en un club como cuando veía al Granada subir a Segunda en la Fuentes de las Batallas. Vivirlo aquí en Las Tendillas es una imagen que se queda para siempre.

—Sus números son tremendos.

—Eso es lo que entre comillas más me ha molestado porque parecía que lo que hacíamos el año pasado era fácil. No se le daba la importancia que tiene. Por todos los campos que voy los entrenadores rivales me felicitan porque saben que es muy difícil. Este año se está viendo: el UCAM ya ha tenido que destituir al entrenador y el Recre está en mitad de la tabla y son equipos que podían hacer el mismo papel que el Córdoba. Ganar una semana, otra semana y otra semana con los números que nosotros lo hicimos es más difícil todavía.

—¿El peor momento?

—El compás de espera del primer verano porque veía que me podía quedar sin equipo por esperar al Córdoba. Tuve varias semanas de muchos nervios, de perder peso y de dormir muy poco.

—Dos partidos sin ganar y es su peor racha, ¿cómo lo lleva?

—Somos un recién ascendido, sabemos a la categoría que venimos, sabemos los presupuestos que hay, las plantillas que hay y lo difícil que es ganar fuera de casa. Se está demostrando incluso con equipos con mayor presupuesto que nosotros. Estaría preocupado si las sensaciones hubiesen sido muy malas y no hubiésemos generado ocasiones, pero lo hemos hecho. El otro día no hicimos nuestro mejor partido, pero porque el Castilla hizo su mejor partido hasta ahora.

—¿Le molesta que haya runrún por estos dos tropiezos?

—Eso lo generan el 2 ó el 3 por ciento de nuestros aficionados, pero me molesta un poco porque si en verano nos dicen que vamos a ganar los cinco primeros partidos, que perdemos el primer partido en el 92 y que le plantamos cara de tú a tú al Real Madrid Castilla pues habríamos firmado. Me molesta que no le demos importancia a lo que se está haciendo bien. Quizás ese ha sido el error del Córdoba en muchos años, que la gente se pone nerviosa muy pronto. Creo que después de lo que ha hecho este grupo, ese margen de confianza hay que dárselo. Dentro estamos tranquilos.

—¿Nota esa presión de que el listón está muy alto? 

—No, tengo plena confianza en lo que estamos haciendo, en la plantilla, en la dirección deportiva y en el club. Es lo que me transmiten. Estaría nervioso si después de estos partidos, el club te mira de otra forma. Es al revés, creo que ellos incluso se extrañan de lo que hay fuera.

—¿Tiene el Córdoba la obligación de ser campeón de Primera Federación o simplemente puede serlo?

—Ese es el error. Nos hemos visto cinco semanas ganando y primeros, y eso ha equivocado a la gente. El equipo se confeccionó para intentar meterse en el play off. Hemos pasado de eso a tener que ser campeón sí o sí. Es una competición muy larga y el equipo va a pelear seguro por el play off e incluso si el equipo está como en las primeras jornadas, podríamos optar a ese primer puesto.

—¿El objetivo sensato es estar entre los cinco primeros?

—Sí. Viendo rivales y las sensaciones del equipo, podemos optar al play off.

—¿Quiénes serán los rivales, porque todo el mundo apunta al Deportivo?

—De los ocho o nueve primeros vamos a pelear por esas plazas y va a haber muchos cambios con el paso de las jornadas. Esperemos que esas rachas malitas, que nos vendrán dos o tres más, las solucionemos rápido.

—Cinco entrenadores destituidos en un mes de competición, entre ellos ayer el del Dépor. ¿Le sorprende?

—En el Deportivo quizás no por la exigencia que tienen, pero sí en otros equipos como el Ceuta. Que haya tantos cambios en tan poco tiempo creo que es un poco precipitado.

—¿Qué es lo mejor y lo peor que ha visto en el equipo hasta ahora?

—Lo bueno son las ganas que hay en el grupo de ganar, de trabajar para estar en el once titular y la ilusión que hay fuera por volver a Segunda también la tenemos dentro. Hay jugadores muy jóvenes que quieren seguir creciendo de la mano del Córdoba en el mundo del fútbol, como el cuerpo técnico y la dirección deportiva.

—¿Es pronto o ya trabajan para el mercado de invierno?

—El club no para de ver partidos ni jugadores. Estoy contento con lo que hay. Tengo 24 titulares, aunque es verdad que tras una derrota hemos pasado a que tienen que jugar los que tienen que jugar. Estamos encantados. El año pasado no hubo que hacer nada, salvo la oportunidad de Dragi y este año esperamos que sea lo mismo.

—¿Cómo está Ekaitz?

—Ekaitz intentaba evitar el quirófano, pero no se daba con la lesión y cuando intentaba entrar en el grupo no iba. La lesión estaba escondida entre los tejidos y en la operación se vio que estaba afectado el menisco. Sabe el tiempo que va a estar y los médicos acortarán esos plazos, pero se le ve con la tranquilidad de saber lo que tiene. En la segunda vuelta nos va a aportar.

—El próximo rival, el Algeciras. Confianza cero.

—Está claro. El Racing lo pasó mal ante el Talavera. El Dépor mira. Hay que ir partido a partido y todos los encuentros se van a sufrir. Lo de ganar holgadamente como al Unionistas, al Fuenlabrada o la Cultural se va a dar poco.

—Ha estado Faisal bin Jamid varias semanas en Córdoba. ¿Han hablado de renovar?

—Tuve una reunión con él porque quería conocer la metodología de trabajo y cómo preparábamos los partidos. Se quedó encantado con el cuerpo técnico. Sé que el pensamiento del club y los propietarios es que esté mucho tiempo aquí. Estoy encantando aquí y no quiero que ese tema nos descentre a nadie. Al final, la confianza que me transmiten todas la partes del club es mejor que si tuviera firmado un contrato. No creo que haya mejor club que en el que estoy y me gustaría crecer de la mano del Córdoba.

—Hago cálculos para otros 50 partidos. ¿Nos veríamos en Segunda A y mirando hacia arriba?

—Ojalá. Imagínate lo que sería estar 100 partidos con el Córdoba. Creo que hay pocos entrenadores que hayan estado tres temporadas aquí. Sería entrar en la historia del Córdoba. Estoy orgulloso por estar ya entre los 20 técnicos con más partidos en este club y sobre todo después de venir desde abajo. No voy a parar aquí. Quiero llegar al fútbol profesional y si es en el Córdoba, mucho mejor.