Los controles en La Colada ya advirtieron de la mala calidad del agua durante todo 2022

Los resultados de los puntos de control del agua que realiza mensualmente la Confederación del Guadiana en el río Guadarramilla y en el centro del embalse de La Colada son clarividentes. Durante todos los meses del año pasado o gran parte de ellos, los niveles de Carbono Orgánico Total del líquido elemento del pantano viseño estuvieron siempre por encima de los valores permitidos y, por tanto, sólo podía considerarse «no apta» para el consumo humano (beber y cocinar alimentos principalmente). Estos valores llegaron a estar en 22 miligramos por litro en agosto, e incluso 18 en junio y julio.

Hay que recordar que en esas fechas, durante varias semanas, la playa del pantano estuvo cerrada, precisamente, por la mala calidad del agua. En diciembre estaba en 15 todavía y sólo había marcado el mínimo en 14, muy por encima de los datos permitidos, por la normativa vigente entonces o la actual.

En este punto es trascendente aclarar que la decisión de declarar no apta para el consumo el agua de La Colada que se trasvasa a Sierra Boyera se hizo al principio de esta semana, según las cifras límites que marca el Real Decreto que fue aprobado en enero de 2023. Sin embargo, es necesario apuntar que, aún sin éste, los índices de COT en el agua de La Colada ya incumplían durante todo el pasado año 2022 los registros que marcaba Sanidad antes de estar en vigor el actual Real Decreto.

Un experto con una dilatada trayectoria profesional en este campo, analiza para este periódico los datos. Su reflexión es contundente para entender la dimensión de lo que sucedía y lo que está pasando. «El Gobierno, a través del Ministerio de Sanidad, en distintas campañas ha encontrado valores medios en España en el rango 0,9 a 4,4 miligramos por litro» en el análisis de la calidad del agua de todo el país.

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Por este motivo explica que «en el año 2005 se consensuó un valor límite de 7 miligramos de COT por litro para fijar el listón entre agua apta para el consumo (potable) o no». En este sentido, este investigador añade que «el informe de las muestras de agua» revela que el Carbono Orgánico Total «en todo el año 2022 no bajó de 14 nunca y llegó hasta 22,0 en agosto», es decir, que los índices estuvieron siempre «entre el doble y el triple de lo que marca el Ministerio de Sanidad» para considerarla apta.

Además del Carbono Orgánico Total, hay otros componentes que también estuvieron durante todo el 2022 o gran parte de él por encima de los parámetros admitidos por la normativa de Sanidad entonces o el Real Decreto actual. En este sentido, los datos mensuales del análisis de las muestras para analizar la calidad del agua en el río Guadarramilla y el centro de la presa de La Colada -que realizó la Confederación Hidrográfica del Guadiana- revelan que también se superaron los índices permitidos en componentes como «arsénico, nitratos y ácido Aminometilfosfónico (AMPA)», la mayoría derivados «de la agricultura y los fitosanitarios».

Hay que tener en cuenta que el embalse viseño, en Los Pedroches, tiene un entorno plagado de explotaciones ganaderas y cultivos. En este sentido, este experto consultado por ABC concluye que estos parámetros también estaban «mal y por encima» de los límites aconsejados por «el criterio de la Unión Europea».

El Carbono Orgánico Total (COT) es «una medida de la cantidad total de carbono orgánico presente en una muestra de agua, incluyendo materia orgánica disuelta y partículas suspendidas», por lo que «valores elevados de COT en el agua potable pueden tener varias consecuencias negativas, entre ellas: sabor y olor desagradables». Precisamente, éste fue uno de los motivos que comenzó a alertar a la población de las comarcas del Guadiato y Los Pedroches desde hace varias semanas e incluso meses. ABC pudo comprobarlo in situ la semana pasada en varios domicilios y bares en Belmez, Peñarroya y Espiel.

Para el investigador, «una mayor demanda de cloro» para potabilizar el agua que no lo es «puede aumentar el riesgo de formación de subproductos de desinfección entre otros los trihalometanos (THM) y ácido haloacético (HAA), que son perjudiciales para la salud humana y están relacionados con un mayor riesgo» de enfermedades graves con un consumo muy continuado.

Además, a nivel general también «mayor riesgo de contaminación microbiológica», ya que «el exceso de materia orgánica en el agua potable puede proporcionar un medio nutritivo para el crecimiento de bacterias y otros microorganismos, lo que aumenta el riesgo de contaminación microbiológica», concluye.

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