El campo cordobés despide un año agrario para el olvido

Son ya varios los años que se acumulan con bajos niveles de precipitaciones. En 12 meses se han recogido en Córdoba 304 litros por metro cuadrado, un 8 por ciento menos que en el anterior periodo. Asimismo, los embalses se encontraban la semana pasada a poco más de1 17 por ciento, cinco puntos menos que 365 días antes y, lo que es más llamativo, 33 puntos por debajo de la media de la última década. Estos datos provocaron que las dotaciones de agua para riego en la campaña de verano y otoño se redujeran por tercera temporada consecutiva.

El presidente provincial de Asaja, Ignacio Fernández de Mesa, apuntó que «la sequía y las altas temperaturas ha perjudicado muchísimo a la práctica totalidad de los cultivos en forma de menores rendimientos y, en algunos casos, imposibilitando su recolección». En cuanto a lo que pueda pasar en los próximos meses, el dirigente agrario señaló que «es difícil hacer predicciones, pero hay servicios de estudios de fuera de España que apuntan a no demasiadas lluvias, lo que resulta realmente preocupante».

Fernández de Mesa reconoció el esfuerzo de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) para que los regantes tuvieran recursos líquidos en este periodo estival, pero subrayó que las aportaciones aprobadas «son insuficientes para conservar la vida de los árboles, por lo que las previsiones son oscuras».

En una línea muy similar se pronunció el máximo responsable de la Asociación de las Cooperativas Agroalimentarias en Córdoba, Rafael Sánchez de Puerta, quien señaló que «este año agrario no ha podido ser más negativo para los intereses del campo con una sequía absolutamente tremenda que ha originado una caída de producción en todos los cultivos, aunque la puntilla la esperamos en las próximas campañas de aceituna de mesa y de olivar de almazara, con perspectivas especialmente preocupantes».

«Despedimos el curso agrario 2021-2022 con una sequía extrema que está influyendo decididamente en la programación de la siembra de cultivos para las próximas campañas». Así lo aseguró la secretaria provincial de COAG, Carmen Quintero, quien declaró que «este escenario está originando una situación de desconcierto en la que los productores reflexionan mucho antes de tomar decisiones a la hora de apostar por los alimentos que aporten más rentabilidad, aunque hay algunos agricultores que están optando directamente por no sembrar este año».

Sánchez de Puerta indicó que el aumento imparable de los gastos también está ahogando a los productores cordobeses. «Nuestros costes se han disparado completamente con abonos prohibitivos, con carburantes y con la energía con precios desorbitado, así como con la mano de obra y la maquinaria con fuertes encarecimientos, lo que pone en peligro la viabilidad del sector primario. El también director general de Dcoop abogó por reducciones de los módulos del IRPF, del IVA y de otros impuestos, además de ayudas específicas para paliar el coste de la electricidad, los combustibles y los fertilizantes.

La representante de COAG instó al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación a la puesta en marcha de un observatorio de precios con el fin de que la Ley de Cadena Alimentaria sea «realmente efectiva» para los productores. Su homólogo en Asaja también defendió rebajas fiscales y resaltó el fuerte impacto del elevado precio de la luz en la ganadería de leche, ya que «el trabajo en estas explotaciones se concentra por la noche, lo que origina una necesidad de contar con una potente instalación eléctrica».

Todas las organizaciones agrarias consideran que la PAC que entrará en vigor el próximo 1 de enero va en contra de los intereses de los agricultores y ganaderos cordobeses, una situación de la que consideran como principal culpable al ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas. «Nuestros productores van a perder muchos millones de euros en forma de ingresos y por las obligaciones medioambientales impuestas a través de los ecoesquemas», según aseveró el presidente de Asaja. Sánchez de Puerta consideró que esta reforma de la Pac «será muy negativa para los intereses agrarios andaluces por la reducción de las ayudas que se prevé».