El Cabildo Catedral de Córdoba prepara la elección de un nuevo presidente tras los 16 años de Pérez Moya

El proceso para elegir al nuevo deán-presidente está regulado en los estatutos capitulares pero es bastante distinto al que tienen otras entidades civiles. Para empezar, los canónigos no presentan una candidatura ni muestran a sus compañeros su voluntad de optar al puesto de deán-presidente.

Los miembros del cabildo pueden votar a quien consideren oportuno, pero, según pudo confirmar ABC de distintas fuentes, ninguno de ellos se postula. No es un proceso muy distinto del que sigue, salvando las distancias, el cónclave de los cardenales que eligen al Papa.

Aunque el obispo debe confirmarla y ratificarla, la elección es completamente autónoma y la realizan los miembros del cabildo. En las primeras semanas de 2023 tendrán que elegir al sustituto de Manuel Pérez Moya, que ha ocupado este puesto desde el año 2006, cuando se jubiló Juan Moreno. Su larga etapa y la enfermedad de la que se recupera en este tiempo hacen pensar que los canónigos optarán por un cambio.

El Cabildo Catedral está compuesto ahora por 27 canónigos, de los que 8 tienen la consideración de eméritos. Los nombra el obispo, que otorgará la condición de canónigos «tan sólo a sacerdotes que, destacando por su doctrina e integridad de vida, hayan desempeñado meritoriamente su ministerio», según se recoge en el Código de Derecho Canónico. De forma específica, podrán necesitar formación en ciertas áreas para desempeñar algunos trabajos dentro del Cabildo.

Todos los miembros de la institución capitular son canónigos, pero existen distintas dignidades con funciones concretas según nombramientos del obispo. En casi todos los casos son generales y funcionan de forma parecida en todas las Catedrales católicas.

Manuel Pérez Moya, además de ser deán-presidente en los últimos 16 años, es canónigo penitenciario, la única dignidad recogida en el Código de Derecho Canónico. Tiene la potestad de absolver, por el procedimiento establecido, de los pecados 'latae sententiae', es decir, aquellos especialmente graves que no requieren ni siquiera de pronunciamiento de la Iglesia para su excomunión.

Fernando Cruz-Conde es canónigo arcediano y ecónomo, el que siempre fue uno de los puestos fundamentales en el Cabildo. Alfredo Montes es canónigo lectoral y Antonio Evans maestrescuela-secretario, lo que quiere decir que une a las labores de preceptor la de levantar acta de las sesiones.

Pedro Soldado es canónigo obrero, de forma que tiene que conocer y representar al Cabildo en todos los trabajos de conservación y restauración de la Mezquita-Catedral. Joaquín Alberto Nieva es el canónigo doctoral y Antonio Murillo Torralbo tiene la condición de chantre y maestro de capilla, con lo que es responsable de la música durante las celebraciones litúrgicas. José Juan Jiménez Güeto ejerce como portavoz, José Ángel Moraño Gil el responsable del Culto y Manuel Montilla es el archivero y bibliotecario.

Junto a ellos hay otros canónigos con la condición de tales: son Manuel González Muñana, Agustín Moreno Bravo, Antonio Gil Moreno, Antonio Llamas Vela, Antonio Prieto Lucena (actual vicario general de la diócesis), Tomás Pajuelo Romero, Jesús Poyato Varo, Antonio Javier Reyes Guerrero y Jesús Daniel Alonso Porras.

Forman también parte del cabildo los canónigos eméritos, que son aquellos que han cumplido los 75 años y que, como todos los sacerdotes, deben presentar su renuncia al obispo. Son Juan Moreno Gutiérrez, Gaspar Bustos Álvarez, Juan Arias Gómez, Valeriano Orden Palomino, Claudio Malagón Montoro, Lorenzo López-Cubero, Manuel Hinojosa Petit y Antonio Jurado Torrero.

Los fines del cabildo son celebrar la liturgia, asegurar el cuidado pastoral de los fieles y turistas, ser órgano de consulta en los asuntos que el obispo proponga y conservar y administrar los bienes de la Mezquita-Catedral y el Cabildo y para eso hay 15 comisiones de trabajo.

En las próximas semanas, los canónigos que no tengan consideración de eméritos elegirán a un nuevo deán-presidente tras una etapa muy intensa de Pérez Moya, que además cumplirá en mayo los 75 años. ABC ha intentando confirmar con el organismo algunos detalles generales sobre el proceso, pero no ha obtenido respuesta.

En estos años ha tenido que hacer frente a la campaña que cuestionaba que la Mezquita-Catedral fuese propiedad de la Iglesia. El Cabildo ha debido pronunciarse públicamente muchas veces para defender tanto la propiedad como el carácter cristiano del templo. No han cesado las obras de mantenimiento y de restauración de las capillas, pero además el Cabildo ha acometido proyectos arqueológicos tan importantes como el del Patio de los Naranjos, para conocer mejor la historia del edificio, y que ha sacado a la luz muestras del complejo episcopal previo a la Mezquita.

En este tiempo también se hizo realidad el proyecto que la carrera oficial de la Semana Santa pasara por el interior del primer templo. Para ello, el Cabildo consiguió la retirada de una de las celosías que dan al Patio de los Naranjos y que se pudiese utilizar el vano como puerta.

La presencia de las hermandades y de la religiosidad popular en el templo, gracias a las mayores facilidades otorgadas por el Cabildo y con el visto bueno de los últimos obispos, ha sido también constante. Desde la última década, la Mezquita-Catedral cuenta también con emisiones a través de internet de sus principales celebraciones litúrgicas y procesiones.