cultura
La Junta inscribe como monumento el Silo
Pese a ser de propiedad pública, es de los pocos BIC que no se pueden visitar por ser el almacén arqueológico de Córdoba
r. r.
El Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía ha inscrito oficialmente el Silo de Córdoba como Bien de Interés Cultural con categoría de monumento. El edificio, realizado en los años 40 con tecnología de la Alemania nazi, fue parte de la red de almacenes ... con los que se pretendía salvaguardar el abastecimiento de grano a la población.
En estos momentos, en el edificio se comete una de las irregularidades más flagrantes contra la legislación de patrimonio a pesar de ser propiedad de la propia Junta de Andalucía. Cultura obliga a los propietarios de todos los BIC a abrir al menos cuatro días al mes los edificios catalogados para su conocimiento, lo cual provoca enfrentamientos constantes, por ejemplo, cuando se trata de una iglesia o de un palacio o jardín privado.
El problema sustancial es que Cultura no permite las visitas al Silo por razones nunca explicadas. Supuestamente, se trata de una estrategia para preservar lo que guarda o para mantenerlo ajeno al público. El Silo es hoy el almacén centralizado de todos los bienes arqueológicos que aparecen en la provincia de Córdoba y no caben en museos. Teóricamente, las visitas tendrían que haberse autorizado cuando se produjo la apertura del expediente. Nunca se ha permitido y ni siquiera se permite el acceso a medios de comunicación acreditados.
El Silo fue una de las instalaciones más avanzadas de su época y que se considera clave en el conocimiento de la arquitectura industrial de Andalucía, lamentablemente mal conservada y peor valorada. Franco inauguró el edificio a principios de la década de los 50, en plena autarquía, aunque las obras se iniciaron en los 40 con patentes adquiridas al Tercer Reich. Unas 4.000 personas llegaron a trabajar en las instalaciones del barrio cordobés de las Delicias. Carlos Ynzenga Caramanzana, un ingeniero, fue quien elaboró el proyecto. Una de la curiosidades es que, pese a la colaboración alemana, la fachada está rematada por dos estrellas de David. Para más información, la profesora de la Universidad de Córdoba María de los Ángeles Jordano redactó un completo estudio .
La Junta de Andalucía recibió las competencias sobre el Silo en 1996 aunque ya había caído en desuso mucho antes, dado que el mercado agrícola no responde ni de lejos a las condiciones por las que en 1937 se creó el Servicio Nacional del Trigo por decreto de Franco aún en Burgos. El Ayuntamiento lanzó una idea, en su día, para convertirlo en un centro cultural aunque el coste era tan enorme que la idea se cayó por su propio peso.
La Junta decidió hace años que guardaría allí los restos arqueológicos de las excavaciones de la provincia (al parecer, hay miles de piezas). Antes, el edificio se usó para guardar el parque móvil. En su día, se produjo un serio problema de custodia. Piezas que deberían haber estado en el Silo aparecieron en manos de una red de traficantes de piezas arqueológicas. Nadie nunca dio explicaciones convincentes sobre qué pudo pasar.
La Junta inscribe como monumento el Silo
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