Misterios de Cádiz: simbología oculta en Arcos de la Frontera
Reliquias, cuerpos incorruptos e inscripciones masónicas permanecen para la eternidad en un destacado templo del municipio gaditano
José Manuel García Bautista
Cádiz
La Basílica Menor y Parroquia Mayor de Santa María de la Asunción de Arcos de la Frontera es un lugar intrigante, es Monumento Histórico-Artístico Nacional y en su interior nos aguardan muchos misterios.
Tiene una disposición de planta de salón y ... tres naves análogas, fue templo mudéjar en el siglo XIV y tras una remodelación quedó convertido en templo gótico, aunque en su exterior tiene los vestigios del renacimiento y el barroco.
Su obra arquitectónica se relaciona con Diego de Riaño quién tenía justificada fama al ser maestro mayor de la Catedral de Sevilla. Igualmente con Alonso Rodríguez, Juan Gil de Hontañón, Hernán II o Martín Gainza.
En el interior de nuestro templo de Arcos de la Frontera destaca su retablo mayor, obra de Juan Bautista Vázquez, Jerónimo Hernández y Andrés Ocampo, así como cuadros de Alonso Cano u obras de Martínez Montañés.
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El templo está ubicado en el antiguo patio de armas del antiguo castillo y tiene una serie de interesantes inscripciones masónicas tras el retablo mayor, en el ábside. Ahí están esas huellas masonas, ocultas al devoto pero reales tras lo que oculta el retablo.
La masonería surgió en el gremio de albañiles (masones, en francés) y su origen habría que remontarse a tiempos de los maestros canteros cuando los secretos que guardaban eran los secretos de las catedrales y su construcción. No hay quién falte para opinar que incluso habría que remontarse al Antiguo Egipto para hallar sus orígenes. Después, con el paso del tiempo, se 'deformó' y cobró el significado que actualmente tienen cargado con toda su simbología.
La masonería ya no pasaría por la construcción de catedrales y los secretos arquitectónicos sino por los secretos y construcción del espíritu, así las logias es la máxima expresión de estas reuniones de arquitectos del alma.
Así en Arcos de la Frontera y con estas huellas masónicas da pie a pensar que en el siglo XVI hubo una destacada presencia en sus calles y que dejaron una muestra permanente en su templo.
En el interior también encontramos reliquias de San Juan Nepomuceno, Santa Teresa de Jesús, fray Luis de Granada o San Juan de Dios, de diferente índole, y de entro todos nos llama poderosamente la atención el cuerpo incorrupto de San Félix, del siglo III.
Llegó allí como obsequio del papa Clemente XIII al saber del litigio por antigüedad que tenían la iglesia de San Pedro y la iglesia de Santa María en 1750. Fue el pontífice quién consideró que la de Santa María era más antigua y por ello este regalo que se extrajo de las catacumbas de Roma. La momia es visible hoy en el templo y su presencia sobrecoge.
Son algunos de los misterios de Arcos de la Frontera que, sin dudas, debe seguir ocultando más secretos al profano.
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