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Antonio R. Vega: «El enchufe del exalcalde socialista de Lebrija en la Faffe no es más que la punta del iceberg»
El caso del exalcalde lebrijano que estuvo ocho años contratados sin trabajar no es más que la punta del iceberg de una práctica generalizada en la entidad de la Junta de Andalucía
La Justicia castiga con la cárcel el enchufismo de familiares y afines del PSOE en la Junta
El exalcalde socialista de la localidad sevillana de Lebrija Antonio Torres García «no fue a trabajar pero recibió el dinero». Nada menos que 359.923 euros de fondos públicos a través de una fundación de la Junta de Andalucía, la famosa Faffe, dedicada a ... impartir cursos de formación a los desempleados. Se desconoce qué resultados dio su gestión, pero sí está probado que en ella encontraron trabajo individuos como éste, sin realizar prestación laboral alguna. Su único mérito fue el carné del PSOE y su amistad con el ex alto cargo que dirigía la entidad pública. Tal era el descontrol que no le hizo falta trabajar para cobrar un sueldo.
Así lo recoge una sentencia de la Sección Tercera de la Audiencia de Sevilla que ha condenado a dos años y tres meses de prisión al histórico regidor. A Fernando Villén, el director general de la Faffe le han caído tres años y medio de cárcel por contratarlo «por su sola voluntad, amistad y afinidad política». No hubo proceso selectivo ni nada parecido, concluyen los magistrados en su relato de hechos probados.
Un caso simétrico al del investigado hermano de Sánchez
Ahora que una juez ha situado al borde del banquillo al hermano de Pedro Sánchez por la adjudicación fraudulenta de su puesto de trabajo en la Diputación de Badajoz, casos como el del exalcalde enchufado cobran mayor relevancia. Representan dos maneras de ejercer el poder simétricas. La Administración no se entiende como un servicio al ciudadano, sino como un medio para obtener un lucro político o económico.
En Andalucía durante muchos años se utilizó el dinero de todos los andaluces para montar una inmensa cadena de favores. Se vio en el caso ERE, en el que bastaba levantar un teléfono para recibir una ayuda. Y el mismo modus operandi funcionó en la Faffe, convertida hasta su disolución en 2011 en una agencia de colocación del PSOE.
El paro fue un drama para muchos andaluces, pero también un negocio muy rentable para aquellos que debían sacarlos del pozo laboral. Conviene no olvidarlo. Hay 84 personas contratadas irregulares que se están investigando. La mayoría sigue trabajando en el Servicio Andaluz de Empleo. El caso del exalcalde lebrijano no es más que la punta del iceberg.
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