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Las recetas de los expertos: menos trabas e impuestos y reducir los costes laborales

Las ayudas a la contratación y los planes de formación no acaban con el problema endémico de Andalucía

Las recetas de los expertos: menos trabas e impuestos y reducir los costes laborales VALERIO MERINO

e.freire

Los expertos marcan otros caminos a los ya explorados en Andalucía para impulsar un aumento significativo del empleo que sitúe a la región en una posición más airosa en las estadísticas del paro. La respuesta a esa incapacidad de la economía andaluza para salir del ... bucle de la estacionalidad y dar el vuelco hacia la industrialización, las nuevas tecnologías y la innovación no está en las ayudas (los subsidios son un pecado pasado del que ahora reniegan los estrategas del área económica y de empleo del Gobierno autonómico) o en los planes de formación sin fiscalización que han marcado las políticas de concertación de los últimas décadas; son otras las recetas, según apuntan especialistas en mercado de trabajo y coyuntura económica andaluza consultados por ABC.

Partiendo de la base de que el empleo ha mejorado en Andalucía y el paro ha bajado, según los datos de la última EPA, el diferencial de desempleo andaluz se mantiene en cotas inaceptables, con más de diez puntos de diferencia con el promedio nacional, lo que llama al inconformismo, señalan.

Eduardo González Biezma, consejero de Cuatrecasasy catedrático acreditado de Derecho del Trabajo de la Universidad de Sevilla, sostiene que los incentivos al empleo y la actividad económica que ha venido aplicando la Junta de Andalucía «son un camino que no ha dado muchos frutos». «La experiencia demuestra que la cantidad y la calidad del empleo creado, en la mayoría de los casos no proviene de dar muchos recursos al empleo, sino de agilizar la economía con medidas de estímulo para evitar la deslocalización de la actividad, agilizar la creación de empresas y apoyar a la industria y la investigación», subraya.

Por otro lado, González Biezma apunta que «los planes de formación y ayudas no hay que anularlos al cien por cien», pero añade: «No podemos tener fe en que se vaya a reducir el paro significativamente destinando más dinero a estos planes, porque los beneficiarios encadenan cursos en vez de colocarse».

Felisa Becerra, técnico de Analistas Económicos de Andalucía, el servicio de estudios de Unicaja, considera que la estacionalidad de determinadas actividades económicas, como la agricultura y el turismo, no son un rasgo diferencial de Andalucía, ya que incumbe a toda España, afirma. Lo que sí determina un mercado laboral regional más débil es, según esta experta, la estructura productiva de la región. «Cuando no hay campañas buenas en la agricultura se dispara el desempleo en este sector, que tiene más peso y volatilidad que otros» apunta. El ajuste más duro en la construcción regional es otro factor que ha laminado el empleo andaluz, frente a las zonas industrializadas, con tasas de paro más bajas.

Mejorar las políticas activas de empleo y redoblar la apuesta por la industria y la innovación, como actividades «que fijan el empleo», serían, para Felisa Becerra, las estrategias adecuadas.

Ricardo Molero Simarro, profesor del Departamento de Economía de la Universidad Loyola Andalucía, también apunta a la necesidad de transformar el modelo productivo, aunque señala que en el contexto de austeridad fiscal actual «es muy difícil cambiar el marco económico». «No hay fondos», recalca. Para este especialista, las políticas de ajuste no acaban de dar resultados. «Los salarios se han contraído mucho, pero ello no ha tenido reflejo en la creación de empleo a un ritmo suficiente en Andalucía».

El profesor enfoca su análisis a los indicadores de competitividad de las regiones europeas y a cuál es la posición de Andalucía en relación con territorios homólogos. Así, según los datos del European Cluster Observatory, Andalucía se encuentra en el quinto puesto de las 17 comunidades autónomas españolas en gasto total en I+D y en el tercero en número de patentes por millón de habitantes.

En comparación con 20 regiones europeas (no españolas) con las que Andalucía comparte unas condiciones estructurales similares, los puestos ocupados eran, respectivamente, el trece y el diez, respectivamente. «Teniendo en cuenta que en otros indicadores (por ejemplo, de formación secundaria, universitaria y profesional, de desempleo o de renta per capita) las posición que ocupa Andalucía es mucho más baja, creo que se puede afirmar que el esfuerzo que se está haciendo en ese campo es relativamente alto», apunta Molero. «Sin embargo, esos esfuerzos están siendo insuficientes para alterar el patrón productivo», añade.

Alfonso Martínez Escribano, director del Máster de Recursos Humanos del Instituto de Estudios Cajasol, ofrece otro contrapunto: aunque las normas laborales son iguales para Andalucía y el resto de España, esta afirmación, asegura, «es relativamente cierta». Destaca que hay muchas normas laborales que se negocian en Andalucía, como los convenios provinciales y regionales. «Existe una posibilidad considerable de mejorar los indicadores de contratación si cambian los acuerdos colectivos y se hacen más competitivos».

El jurista apunta a que el mercado laboral «depende de un sistema económico muy necesitado en Andalucía de reformas estructurales». Por ello subraya que el «tirón considerable» de los servicios y la agricultura no crean empleo suficiente para compensar las caídas de la industria y la construcción.

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