CASO ERE
Las «madrugás» de la juez Mercedes Alaya
A la instructora de los ERE no le gusta empezar temprano y prefiere dictar los autos y tomar declaraciones tarde aunque le dé la noche en su despacho
Mercedes Benítez
No es la juez Mercedes Alaya una mujer madrugadora . A juzgar por su horario de llegada a los juzgados, nunca suele hacer su entrada antes de las diez de la mañana. Si acaso, rozando las once aparece bajándose de un taxi y ... tirando de su inseparable trolley . Claro que nadie puede achacarle que sea poco trabajadora, sino todo lo contrario. Demostrado está que a la instructora de los ERE no le importa nada quedarse hasta las tantas en su despacho . Ya sea dictando autos o tomando declaraciones que celebrando comparecencias. Y tampoco, si es necesario, trabajar en días festivos.
No sabemos si será capillita (aficionada a la Semana Santa) pero lo que ha quedado patente es que se reactiva cuando llega la noche y que funciona mejor de madugada. Así ha ocurrido en todos los grandes momentos del sumario de los ERE. Ocurrió hace un año y ahora vuelve a ocurrir lo mismo. Los autos de prisión se dictan de noche, de madrugada o, incluso, rozando el alba. Al contrario que el resto de los mortales, que a esas horas prefiere dormir, ella convierte la noche en su horario laboral.
El pasado año eligió la Feria de Sevilla para dar el campanazo y meter en prisión al exconsejero de Empleo, Antonio Fernández . Ni cena del pescaíto en la caseta ni nada de nada. Una treintena de abogados estuvo todo el día y toda la noche del lunes ( a alguno de ellos le costó una bronca con su mujer ) esperando la decisión de la juez, que celebró la comparecencia de medidas cautelares de madrugada y dictó el auto de prisión rozando las siete de la mañana . Sin embargo debió reponerse pronto del maratón judicial, puesto que, solo unos días después, Alaya fue vista vestida de flamenca en una caseta de feria.
Pero si el pasado año se decantó por esos días tan señalados en Sevilla, este año ha elegido los previos a la Semana Santa . La particular semana de pasión de los ERE empezó ayer y está previsto que acabe el sábado, fecha para la que están citados los últimos imputados. Pero conociendo los tiempos de Alaya, no sería extraño que se metiera en el Domingo de Ramos o incluso en el Lunes Santo . Aunque se pueda encontrar un paso a la salida de los juzgados del Prado de San Sebastián.
El miércoles, sin ir más lejos, dio muestras de que para entrar a declarar en el despacho de la juez hay que esperar el doble de lo que se aguarda para la consulta de un médico. Por ejemplo, Guerrero estaba citado a las diez de la mañana. No entró hasta las 14.15. Y la jornada la acabó hacia la 1.45 de la madrugada . Hoy Antonio Albarracín, citado para el miércoles a las seis de la tarde, ha comenzado a las 12.30 con lo que el retraso se sigue acumulando y quedan varios imputados pendientes. Con este horario y el calendario maratoniano de declaraciones no es de extrañar que la juez instructora, que ayer no se fue a comer y solo la vieron tomarse un café, tenga este jueves otra madrugá . No habrá pasos, pero a algunos seguro que los manda a hacer penitencia .
Las «madrugás» de la juez Mercedes Alaya
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