La reactivación del caso ERE compromete el futuro político de Griñán

Aunque niega radicalmente cualquier culpa en la gestión de los ERE y le encrespa que su nombre aparezca vinculado al escándalo, los cargos ejercidos en la administración andaluza colocan a Griñán en una posición cuando menos comprometida. De 2004 a 2009, el actual presidente fue consejero de Economía y, por tanto, responsable último de las disposiciones presupuestarias de la Junta. Además, la Intervención General de la Junta de Andalucía advirtió a su Consejería hasta en quince ocasiones de que el procedimiento que se estaba utilizando con los EREs era irregular, advertencias que no fueron atendidas.

Griñán, quien apoyó a Carme Chacón en el congreso federal del PSOE el pasado verano en Sevilla, no se descarta para suceder a Rubalcaba al frente del partido, siempre que fuese como solución de consenso de todas las familias socialistas y sin someterse a unas primarias. Compatibilizaría este cargo orgánico con la Presidencia de la Junta andaluza y serviría de enlace entre dos épocas, ya que una vez en la Secretaría General del partido promocionaría a un candidato a las elecciones generales destinado a ser el próximo líder del socialismo español . Pero para ello necesita, no obstante, una inmaculada hoja de servicios que no despierte recelos en el partido. En este escenario, la investigación de los ERE es una incómoda espada de Damocles , toda vez que nadie sabe hasta dónde llegará la juez instructora, Mercedes Alaya , en la delimitación de responsabilidades políticas.