La reelección más disputada

Por primera vez en la Quinta República el presidente concurre en clara desventaja

La reelección más disputada AFP

RAMÓN PÉREZ-MAURA

Quedan menos de cien días de las Presidenciales francesas. Y por primera vez en la historia de la Quinta República el presidente que concurre para ser reelegido no es el favorito, sino que marcha con clara desventaja en las encuestas. Sumemos a ello que una ... mayoría de las regiones, la Asamablea Nacional y el Senado están en manos de los socialistas. La perspectiva para el candidato a la reelección nunca ha pintado peor. La duda es si él será capaz de jugar a ser el candidato underdog.

Tras llegar al Elíseo en 2007 con una victoria cómoda, su caída, lenta pero segura, hacia las ergástulas del pánico político se ha ido consumando entre 2007 y 2010. Sarkozy ha tenido ocasión de ver cómo se agrandaba el vacío a su alrededor, cómo los suyos tomaban distancias, cómo la Prensa adoptaba una posición opositora de impactante unanimidad con la excepción, todo hay que decirlo, del gran diario nacional «Le Figaro».

El terremoto sufrido por la oposición socialista desde el 15 de mayo debería haber dibujado un escenario muy distinto. Dominique Strauss-Khan era el candidato seguro y el presidente probable. Volvía de Nueva York con todas las posibilidades de ganar. Pero no pudo subir al avión. Por más que fuera exculpado del caso concreto que desató el escándalo, su vida disoluta quedó expuesta ante todo el mundo. Hubo de apartarse. Y de las primarias del Partido Socialista, surgió el candidato del aparato, François Hollande. Se impuso sobre rivales como su ex mujer Ségolène Royal y Martine Aubry, ambas con carreras más lucidas que la suya.

Hollande ha seguido una táctica muy exitosa: lanzar un ataque incesante, con toda la artillería disponible, cargas de profundidad y lo que esté al alcance. Y eso lo combina con su gran ventaja política, que ha sido definida por Jean d'Ormesson, el antiguo director de Le Figaro que fue Premio Luca de Tena en 2001, de forma concluyente: «François Hollande tiene una ventaja: no ha hecho nada. Es imposible atacarlo por sus actuaciones: no las hay». Y D'Ormesson apostilla: «El único argumento de la izquierda holandista es la hostilidad a Sarkozy. Es casi pura, sin inflexiones ideológicas o programáticas. Para mejor enfrentar a Sarkozy, lo ideal para Hollande, ansioso de no provocar olas, sería no existir en absoluto.»

El pasado viernes, tras conocerse la rebaja de la califación de la deuda francesa —y de otras muchas— por Standard & Poor's, Hollande se apresuró a declarar que era la política del presidente Sarkozy lo que había sido degradada. Y eso lo puede decir desde una confortable ventaja que según los últimos sondeos otorgan a Hollande una intención de voto del 27 por ciento frente al 23,5 del presidente Sarkozy. Lo que ocurre es que la preocupación del presidente en primera vuelta está en el 21,5 por ciento que esos sondeos otorgan al Frente Nacional de Marine Le Pen.

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