Absueltos con la lata de la gasolina
Los jueces archivan cuando el origen es quema de rastrojos o uso agrícola
C. M.
J. P. D. trabajaba como bombero antiincendios en la Xunta de Galicia. El 13 de agosto de 2006 fue a una gasolinera de Orense, compró una garrafa de gasolina «por si tenía que repostar el depósito del coche que le perdía líquido», y desde allí ... se dirigió a una zona en la que se habían producido varios incendios forestales y donde persistían los rescoldos (se originó otro gran fuego del que fue acusado). El Jurado lo consideró inocente porque estaba en el lugar del incendio para «procurar su extinción». No les sirvió de argumento que en su poder se encontraran 14 mecheros, una lata de gasolina y disolvente acelerante en su coche; tampoco que tres peritos aseguraran que el vehículo no perdía líquido. Como no hubo testigos, el Jurado decidió su inocencia.
Sin atestados tipo
Absoluciones como la de este bombero sirven de base para que los fiscales especializados rechacen el Jurado en casos de incendio y aboguen por magistrados y jueces. Según la Fiscalía de Orense, el Jurado no favorece ni la instrucción ni el juicio porque «es un procedimiento lento, con trámites no muy útiles y reiterativos; no hay un atestado tipo e intervienen en la investigación varios Cuerpos de Seguridad del Estado que pueden elaborar atestados contradictorios y la mayoría de las veces la acusación se sustenta en prueba indiciaria», difícil de valorar por un Jurado popular.
Esta es una de las razones de la escasa presencia en prisión de incendiarios, pero no la única. «La tendencia generalizada por parte de los jueces es la de archivar los casos de incendios derivados de actividades como el uso de maquinaria agrícola o de quema de rastrojos», señaló la Fiscalía de Córdoba, en un argumento que hace suyo el fiscal de Medio Ambiente, Antonio Vercher. Los fiscales cordobeses van más allá y aparte de subrayar su discrepancia con los juzgadores sobre la gravedad de estas imprudencias (dolo eventual) consideran que en algunos supuestos los jueces impiden que continúe el procedimiento.
Pirómanos de Tarragona
Uno de los casos más evidentes de discrepancia entre investigadores fue el fuego de Horta de San Juan (Tarragona) en julio de 2009, que acabó con cinco bomberos muertos y arrasó casi mil hectáreas de bosque. Los agentes rurales concluyeron que la causa fue un rayo que cayó sobre un pino. La investigación de los Mossos d'Esquadra permitió la detención de dos voluntarios como autores, que siguen en la cárcel a la espera de juicio.
En los últimos cuatro años han pasado por prisión no más de medio centenar de incendiarios, que han sido entrevistados por la Unidad Técnica de Policía Judicial de la Guardia Civil para elaborar el perfil psicosocial del incendiario forestal, dirigido por la Fiscalía de Medio Ambiente. El cuestionario, con más de 60 preguntas, está orientado a los casos en los que hayan sido identificados los autores y se tenga el convencimiento de que la motivación era intencionada o se debía a una imprudencia grave. Más información este fin de semana en «Los Domingos de ABC» .
Pero ¿qué ha ocurrido con el resto de detenidos, una media de 300 al año, como se ha dicho? Esa pregunta también se la ha planteado el Ministerio Público. «Desde un punto de vista criminológico o jurídico, cabe preguntarse qué ha pasado con los demás autores y con los detenidos antes de este estudio. Queda pendiente que se revisen los procedimientos judiciales y se concluya algo sobre cómo se desarrollaron y en qué terminaron, aportando cifras fiables sobre cuántas condenas se llegaron finalmente a dictar y en cuántos casos la imputación policial fue desacertada o insuficiente y los autores resultaron absueltos».
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