Touriño deja su escaño por discrepar con el discurso del PSOE gallego
Emilio Pérez Touriño todavía mantiene la rebeldía. Había decidido dar carpetazo a su rol de diputado raso, pero la fecha escogida para hacerlo no es baladí: a un año de la derrota electoral de su efímero bipartito, y seis días antes del debate general sobre ... el estado de la autonomía. En su faceta de analista, esperó que la discusión sea «útil en un momento dramáticamente complicado» por el paro, la destrucción del tejido empresarial productivo y las dificultades de protección social. «No me corresponde el análisis, pero pido un proyecto capaz de integrar y unir la voluntad del país para salir adelante».
El ex presidente, desde el pasillo, y durante una exposición que se prolongó veinte minutos, declaró que se sentía «cómodo» en la segunda línea. No obstante, fuentes de su partido restaron credibilidad a este bienestar, -«fingido», apuntaron a ABC-, y hablaron de un «cercenamiento inaudito, muy forzado; una «descapitalización» (metafórica) en la historia del socialismo».
Cosas sin sentido
En su determinación, según las fuentes consultadas por ABC, influyeron en buena medida sus desacuerdos con la línea oficial del orensano Manuel Vázquez, líder actual, y su ex consejero de Medio Ambiente. «No la entendía, porque muchas veces iba justo contra todo lo hecho en su mandato; y otras cosas simplemente no las hallaba lógicas, las veía irresponsables, carentes de sentido común».
Los principales puntos de fricción se concentran en la reestructuración del mapa financiero y la ordenación del territorio. El mismo Touriño no lo ocultó: «Galicia tiene ante sí grandes riesgos, como el de perder el poder financiero del que disponía; es un elemento de alarma y alerta». El segundo desacuerdo es por la Ley de Suelo. El PSdeG otorgó a la norma su apoyo condicionado. La ausencia del predecesor de Feijóo en la Xunta en ese pleno fue tan clamorosa como significativa; dejaba claro que solamente votaba lo que le gustaba. «Es una asignatura pendiente; debemos caminar hacia la preservación del territorio como un valor fundamental para un óptimo desarrollo», pronosticó ahora en su esperado adiós.
Touriño comunicó su voluntad a la presidenta del Parlamento, Pilar Rojo; al líder de su formación, Manuel Vázquez -se enteró ayer por la mañana, pese a que había rumores en los últimos días-, y al presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo. Siguió este orden.
Así echó el telón a «más de veinte años de dedicación exclusiva, plena», como subsecretario de Infraesctructuras en el Gobierno de Felipe González, luego secretario general del PSdeG y, en 2005, presidente de Galicia. «No estar en la primera línea te permite ver las cosas desde una distancia razonable y prudente», confesó. Se incorporará al Consello Consultivo, y el próximo año académico, su intención es participar en dos cursos de posgrado, en las facultades de Economía («Desarrollo Regional e Integración Económica») y Ciencias Políticas («Políticas Públicas») de la USC.
El PSOE no aplaudió
El parlamentario popular Alejandro Gómez mostró el «respeto de su grupo hacia la decisión tomada por un ilustre diputado», agradeció su trabajo y le deseó lo mejor. Tras sus palabras, hubo aplausos del PP, alguno del BNG (como el del portavoz en el hemiciclo, Carlos Aymerich) y cero del PSOE. La ex diputada Carmen Cajide toma su relevo en la Cámara.
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