Un solo voto pondrá hoy contra las cuerdas al Gobierno y su tijeretazo social
El PNV, socio presupuestario, anuncia su rechazo mientras Zapatero presiona a CiU para que lo apoye
La tensión se disparó ayer por la tarde en el Congreso en cuanto se conoció la noticia de que el PNV, socio presupuestario del Gobierno, votará hoy en contra del decreto-ley que contiene el mayor recorte social de la democracia, incluida una congelación de ... pensiones que mereció el rechazo del Pleno del Congreso este martes pasado frente a un PSOE aislado. Los seis «noes» del Grupo Vasco significarán que hoy habrá una votación de infarto, ya que el «decretazo» depende en principio de un solo voto, y cualquier despiste a la hora de apretar el botón del voto, algo que ocurre todos los días varias veces, o una indisposición repentina de un diputado pueden echar para atrás el «tijeretazo».
El Grupo Socialista ha insistido estos últimos días en que se conforma con tener una «mayoría suficiente», lo cual quiere decir que si consigue convalidar esta mañana el decreto-ley sólo con sus 169 diputados se dará por satisfecho. Los socialistas ya contaban con la más que probable abstención de los diez representantes del Grupo Catalán de CiU y los dos de Coalición Canaria, que les dejaba el camino allanado. El único diputado de Unión del Pueblo Navarro (UPN) también se abstendrá, lo que puede resultar fundamental.
Frente a los 169 «síes» del PSOE habrá 168 «noes»: 153 del PP, seis del PNV, cinco de ERC-IU-ICV, dos del BNG, uno de UPyD y otro de Nafarroa-Bai. Los populares se reafirmaron a última hora de ayer en su voto negativo y dieron la orden, vía SMS, de que no podía faltar ningún diputado bajo ningún pretexto. Lo mismo hizo el PSOE, con la diferencia de que sus diputados están siendo más disciplinados y faltan bastante menos que los populares.
Una victoria del «no» significaría la derogación automática del decreto-ley que ya está en vigor. Los socialistas han insistido mucho en exigir «responsabilidad» a la oposición ante lo que consideran una «cuestión de Estado», como dijo su portavoz, José Antonio Alonso. Pretenden enviar un mensaje de confianza a los mercados, pero también a la UE, de donde partieron las instrucciones para que Zapatero acelerara la reducción del déficit público en España, diera un giro radical a su política y dejara arrinconados su ideología y sus principios.
«Han gastado el dinero de todo el mundo, y de paso sus principios. ¿En qué creen ustedes?», preguntó ayer Sáenz de Santamaría a De la Vega. La «número dos» de Zapatero presumió de estar en un Gobierno que «genera confianza porque es capaz de tomar decisiones». Y ya puesta, llamó «asilvestrados» a los del PP.
Los argumentos de la oposición para descartar el «sí» en la votación tienen un denominador común: rechazo frontal a la congelación de pensiones y a hacer saltar por los aires el Pacto de Toledo, el más importante de las últimas décadas y el único que se había consolidado, como dijo Emilio Olabarria, del PNV. La abstención de algunos grupos obedece sólo a un ejercicio de «responsabilidad» por el mensaje de desconfianza que podría trasladarse fuera de nuestras fronteras. Esos motivos abrieron un debate duro en el PP sobre su voto, que se movía entre el «no» y la abstención. Venció el primero.
La convalidación o derogación del «decretazo» será sólo el primer trago para el Gobierno. En caso de salir adelante, se votará si se tramita como proyecto de ley o no, lo que abriría la posibilidad a los grupos de introducir cambios y alargar la tramitación. El PSOE se opone, pero está a expensas de la oposición. La nueva votación se presenta también muy ajustada. En principio, el PP, IU-ICV y Na-Bai están a favor de tramitar el «decretazo» como proyecto de ley , mientras que CiU se devanaba anoche la cabeza para decidir el sentido de su voto, tras recibir varias llamadas de Zapatero y Salgado para ganarse su apoyo.
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