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La política catalana: larga digestión para asumir el fracaso

Nadie en Cataluña cree que pueda repetirse el escenari insurreccional de 2017

La sentencia del procés, en directo

Torra y Puigdemont, en una imagen de archivo ABC
Àlex Gubern

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En otoño de 2017 el movimiento independentista alcanzó su cénit, y con el desbaratamiento del golpe la política catalana entró en una suerte de «stand by» que ahor a la sentencia del TS despejará. Siempre buscando una salida para dar continuidad a un «procés» fracasado, el secesionismo plantea el fallo como una oportunidad para volver a cargar de contenido emocional el escenario político. Para el constitucionalismo, es un punto y aparte para empezar a construir una mayoría alternativa.

¿La sentencia cambia la estrategia secesionista?

Sí, en primera instancia para volver a tener la iniciativa en las calles. En segunda, para apelar a la emotividad e intentar ganar para la causa una «mayoría social» que, pese a toda la propaganda, nunca se ha revalidado en las urnas. El proceso judicial a los líderes del «procés» ha tornado un movimiento que hasta 2017 tenía la iniciativa y se veía capaz de doblegar al Estado en una suerte de partido del victimismo. Tras la sentencia, el «procés» entra en una nueva fase: de reivindicar la independencia a reclamar la aministía.

¿Qué pasos dará #la Generalitat?

El presidente de la Generalitat, Quim Torra, pese a sus llamamientos a la ciudadanía para que adopte la «desobediencia civil» como respuesta, al menos por ahora no ha dado ejemplo. No obstante, y pendiente de una más que probable inhabilitación, Torra podría querer cerrar su carrera política con algún gesto para la «historia», gesto personal en todo caso ya que parece improbable que nadie le siga hacia aventuras que tengan consecuencias penales.

¿Es probable un adelanto electoral en Cataluña?

Con el golpe desbaratado, y la sentencia publicada, la verdadera batalla política no se librará entre el secesionismo y el Estado, sino en el interior de este movimiento para lograr la hegemonía política. Torra y el conglomerado de Waterloo han entendido que el impacto emocional de la sentencia no tiene porqué trasladarse a las urnas, y que puede ser una ERC más posibilista la que recoja los frutos. La posibilidad de un adelanto en caliente de las autonómicas se disipa.

¿Se puede regresar al escenario de 2017?

Todos los partidos, sin excepción, señalan que el escenario de 2017 difícilemente va a reproducirse: la presión en la calle que se dio entonces no es la misma pese a la preocupante radicalización de algunos de sus elementos, y los líderes secesionistas han entendido, de manera muy severa, las consecuencias penales de desafiar al Estado. La digestión de la sentencia no será rápida, pero inevitablemente conducirá a replantear las estrategias.

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