Inquietud en el PSC por el coste electoral de las cesiones de Pedro Sánchez a ERC
Sectores de izquierdas catalanes critican eliminar el español como lengua vehicular
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Iniciar sesión«Por medio de este escrito, presento mi renuncia a la militancia en el PSC». Así empieza Sandra Tirado la carta de baja enviada ayer a Salvador Illa , ministro de Sanidad y secretario de Organización del PSC, tras doce años de ... militancia socialista y haber formado parte de las listas electorales al Parlamento de Cataluña y del Ayuntamiento de San Cugat del Vallés (Barcelona), así como del Consejo Nacional, «máximo órgano de decisión» de la formación socialista entre congresos.
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Los motivos de su renuncia, asegura Tirado en la misiva a la que ha tenido acceso ABC, «son simples» y, a la vez, «tristes»: el PSC «está cada vez más alejado y desconectado de la realidad que vivimos en Cataluña , como por ejemplo la reciente propuesta de la llamada ley Celaá, que es una concesión que desde el Gobierno se le hace a los independentistas que, por tantos años, han utilizado las aulas desde los parvularios hasta las universidades, haciendo lo mismo que se hacía en el franquismo, anulando una lengua para proteger la otra».
«No escucha a las bases»
En declaraciones a este diario, Tirado, actualmente sin cargo orgánico en el PSC, considera que, tras la enmienda pactada entre el PSOE, Podemos y ERC en el Congreso que elimina la referencia al español como lengua vehicular en las escuelas, es «el momento» de decir adiós al partido socialista, pese a que es una persona de fuertes convicciones progresistas. «Es el momento de liberarme porque me siento incómoda. En el PSC no se puede hacer nada sobre este asunto. La dirección no escucha a las bases. El 70 por ciento de la gente con la que trato del partido o no están de acuerdo con la enmienda o no la entienden» , lamenta.
Tirado asegura que habrá más bajas en la militancia del PSC. De hecho, forma parte de una asociación, Líneas Rojas, que hasta hace poco era una corriente interna del PSC, con el nombre de Rojos, en la que hay asociados militantes del partido que lidera Miquel Iceta, así como del ámbito de los comunes y de partidos menores, y que en una nota criticó la enmienda lingüística aprobada en el Congreso.
«La eliminación de la vehicularidad del idioma español es un ataque contra la seguridad jurídica, y un grave error, porque desarma a las familias que, en ejercicio de sus derechos, solicitan un aumento de las clases de sus hijos en el idioma común de todo el territorio nacional» , denuncian desde Líneas Rojas, asociación que preside en Cataluña David González.
Desde Líneas Rojas lamentan que se mantenga la inmersión lingüística obligatoria en catalán, porque «dicho modelo provoca unas grandes bolsas de fracaso escolar en los niños de familias extranjeras y castellanoparlantes, sobre todo de clase trabajadora».
Pese a estas quejas, desde la dirección del PSC aseguran oficialmente que no existe «malestar» por la enmienda aprobada en el Congreso, pactada con Podemos y ERC, a una propuesta legislativa de educación presentada por el propio Gobierno: la ley Celaá. La enmienda, remarcan, «no cambia nada» en el modelo lingüístico educativo catalán.
Sin embargo, algunas fuentes consultadas por ABC admiten que lo acordado entre el PSOE, Podemos y ERC es «desolador» para el PSC , a solo tres meses de las elecciones autonómicas, y supone un freno en la estrategia emprendida por el partido hace un año.
Desde el último congreso de los socialistas catalanes, celebrado a finales de 2019, el PSC admite la necesidad de que el español también sea lengua de uso habitual en los contenidos curriculares escolares, más allá de la asignatura lingüística, por lo que esta polémica podría suponer para el PSC un freno en la recuperación de votantes de izquierdas que en diciembre de 2017 apostaron por Inés Arrimadas y —tal y como reflejan algunas encuestas publicadas—ahora estarían pensando volver a votar al PSC.
En este sentido, fue clave la forma en la que desde ERC se celebró el pacto con el PSOE, asegurando que la eliminación de la mención concreta del español como lengua vehicular en la ley Celaá supone el «blindaje» de la inmersión lingüística obligatoria en catalán.
«Mala jugada electoral»
La enmienda también ha sido criticada por intelectuales de la órbita progresista como el historiador Joaquim Coll o la escritora Laura Freixes , que consideran respectivamente la inmersión lingüística un modelo «pedagógicamente aberrante» y «antifederal», y que perjudica a «las clases populares».
Coll señaló hace unos días que «la famosa enmienda que tanta munición ha dado a la derecha» y «alegría a ERC» es «una mala jugada electoral para el PSC». Mientras que la escritora apuntó que con la inmersión los castellanoparlantes «reciben el mensaje» de que su lengua es de «segunda».
Está por ver el efecto electoral que esta polémica supondrá para el PSC, a tres meses de las elecciones , y cuyo partido se muestra incómodo con los temas lingüísticos. Si el PSOE no contó con el PSC para la enmienda, es un menosprecio de Sánchez a Iceta, y si los socialistas calcularon que no tendría repercusión, fallaron los estrategas.
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